Desde Orbaneja del Castillo, por caminos tradicionales y pasando por Turzo, se puede llegar al estrecho paso por el que El Ebro entra en el valle de Zamanzas tras un recorrido de poco más de siete kilómetros. Si queremos llegar al mismo punto siguiendo el curso del río tendremos que afrontar más de 20 kilómetros de estimulante paseo junto a la ribera. A pesar de la larga distancia resulta atrayente el plantear una ruta combinando ambas opciones, aprovechando que se atraviesan algunos de los pueblos más interesantes de esa zona de la provincia.
Dificultad: Media/Alta, sobre todo debido a la distancia. Aparte de ello los senderos son bastante cómodos y sólo hay una subida de consideración sin pendiente demasiado elevado.
Orientación (sin GPS con track o cartografía): fácil
Belleza: Muy Alta
Tiempo: 7,5 horas (29 kilómetros). Si se exploran en profundidad los pueblos recorridos aumentará levemente la distancia y en mayor medida el tiempo.
Situación.
Existen varias opciones para el punto de partida de esta ruta. La más simple es la que escogemos en esta ocasión, partiendo de Quintanilla de Escalada, en el kilómetros 60 de la N-623 a Santander. Optamos por dejar el coche en un aparcamiento habilitado tras el puente, girando a la derecha y recorriendo unas decenas de metros.
Puntos de Interés
Pueblos de Pesquera, Turzo, Orbaneja, Escalada y Quintanilla Escalada. Todo el bosque de ribera. Vistas del cañón. Vistas sobre Orbaneja. Cascada de Orbaneja.
Descripción de la Ruta
Tomamos el amplio camino que nace a la derecha de la carretera, junto al puente que acabamos de citar. En su comienzo, vemos un cartel descriptivo de la ruta y la indicación de 5 kilómetros hasta la Ermita del Ebro.
Avanzamos con facilidad por el amplio camino y al poco nos vemos acompañados por el canal que conduce el agua hasta la central Eléctrica del Porvenir. En este primer tramo nos encontramos con los parámetros de la mayor parte de la ruta: Los cortados calizos en la parte alta, el río a mayor o menor distancia pero siempre presente, y una cubierta vegetal muy variada, que haría las delicias de un botánico. Esta cubierta vegetal cambia frecuentemente, a medida que los meandros nos llevan a orientaciones más o menos soleadas. En la ladera, los árboles más frecuentes son los quejigos y encinas, mientras que la descripción del bosque de ribera queda para los expertos: chopos, fresnos, alisos, plátanos, madroños, avellanos… y un sinfín de plantas y arbustos.
A los dos kilómetros vemos como el canal citado se introduce en la peña del páramo. Una gran obra permite aprovechar un cerrado meandro en el río para dar altura al canal antes de la central Eléctrica del Porvenir. (ver este otro post).
Poco después llegamos a la confluencia del Rudrón con el Ebro, si bien debido a la vegetación será difícil apreciarlo (en otra ocasión nos acercaremos a este lugar) y, efectivamente a los cinco kilómetros, llegamos a la ermita de la Virgen de Ebro. Lugar de añeja celebración, no presenta gran valor artístico pero el entorno lo compensa. Aún podemos apreciar la casa del ermitaño. También destacan buenos ejemplares de encina (tal vez perdonados de la corta por su ubicación).
Poco después encontramos, según la época, una interesante cascada, que en realidad es un aliviadero de seguridad del canal antes de la ya próxima central. En efecto, llegamos al edificio (desde aquí el recorrido coincide durante un buen tramo con el del clásico del cañón del Ebro), lo bordeamos e instantáneamente desaparece el amplio camino para convertirse en una senda que se interna directamente en la espesura del bosque de ribera.
En realidad tenemos dos opciones similares, la primera más cercana al río, quizás algo más interesante pero más lenta, y otra más cómoda unos metros hacia el interior. En todo caso en algunos tramos confluyen.
En realidad tenemos dos opciones similares, la primera más cercana al río, quizás algo más interesante pero más lenta, y otra más cómoda unos metros hacia el interior. En todo caso en algunos tramos confluyen.
Son unos cuatro kilómetros por la parte más clásica del cañón del Ebro, de hecho se llega a ver el mirador de madera del mismo. En la parte final llegamos a la chopera que anuncia la zona de esparcimiento de Pesquera. En este momento debemos prestar atención al desvío que, alejándose del río, nos permite llegar directamente a Pesquera sin necesidad de seguir la curva del último meandro.
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En esta zona el cañón se abre considerablemente, permitiendo incluso la existencia de tierras de labor. Al poco llegamos a Pesquera de Ebro justo a la altura de la iglesia parroquial. Tras visitar el "pueblo de los Escudos" volvemos a tomar como referencia el atrio de la iglesia. Siguiendo la calle principal en sentido descendente, abandonamos la misma justo en la siguiente curva a derechas, de acuerdo con la señalización existente hacia Turzo. En este punto llevaremos unos diez kilómetros de recorrido.
Seguimos bordeando el río pero esta vez por una especie de balcón sobre el mismo. A nuestra espalda podemos aún disfrutar de buenas perspectivas de Pesquera. En esta zona la encina y el quejigo son absolutamente dominantes, si exceptuamos la gran profusión de enebros, muchos de ellos superando los tres metros de altura. En ocasiones, confundidos con los enebros debido a la apariencia columnar de ambos, podemos ver incluso cipreses.
El amplio camino alternativamente se va acercando o alejando del borde del río, al cabo de unos dos kilómetros se convierte en sendero y un kilómetro más adelante empieza a ascender. De frente aparece una espectacular dorsal rocosa que apenas deja hueco para que pasen río y carretera. Al otro lado, el Valle de Zamanzas.
Poco después empezamos a ascender por una canal no muy cerrada acompañados ahora fundamentalmente de carrascas. El ascenso no es muy pronunciado pero se hace largo. Al final del mismo empezamos a ver rastros de antiguos y pequeños campos de labor. Con un poco de atención notamos un gran número de arbolitos plantados por un pionero repoblador del pueblo. En un par de revueltas vislumbramos finalmente el pueblo de Turzo. Estamos en el kilómetro 18 de ruta. El desnivel desde el río hasta aquí es de unos 250 metros.
Poco después empezamos a ascender por una canal no muy cerrada acompañados ahora fundamentalmente de carrascas. El ascenso no es muy pronunciado pero se hace largo. Al final del mismo empezamos a ver rastros de antiguos y pequeños campos de labor. Con un poco de atención notamos un gran número de arbolitos plantados por un pionero repoblador del pueblo. En un par de revueltas vislumbramos finalmente el pueblo de Turzo. Estamos en el kilómetro 18 de ruta. El desnivel desde el río hasta aquí es de unos 250 metros.
Las casas de Turzo son también muy interesantes, con recios muros de madera y balconadas montañesas. El hecho de que las calles no estén asfaltadas le da también un encanto especial, con los bancos de piedra a la vera de las casas. Podemos acercarnos a ver la portada románica de su iglesia (un buen punto para la comida es su atrio) y la tienda de velas artesanales.
Si hemos prestado atención al entrar en el pueblo, vemos que la ruta continúa girando en la primera calle a la derecha, por a la loma que constituye el punto más elevado del entorno y en dirección a unos depósitos de aguas y una antena receptora de televisión.
Superadas estas referencias aún hemos de emplear un último esfuerzo para llegar al punto más alto del recorrido, a 930 metros de altitud. Ante nosotros se abre la planicie del páramo de Bricia. Al fondo, las moles calizas de los Castros. El camino, relativamente ancho, desciende al poco a la búsqueda de la carretera N-623 a la altura de la antigua venta de Orbaneja. Pasamos junto a una reciente lápida recordatoria de unos fallecidos en la guerra civil (esta zona fue intenso campo de batalla) y el antiguo lugar de Horca Menor. Abundan los chozos de pastores, aunque no se encuentran en tan buen estado como otros cercanos.
Justo en este punto el sendero, algo más difuso, gira a la izquierda y comienza a descender por un incipiente barranco. Al poco llegamos al punto más espectacular del recorrido, la vista sobre el pueblo y meandro de Orbaneja del Castillo. Incluso podremos vislumbrar desde aquí su espectacular cascada. En unos minutos más por este precioso sendero llegamos al pueblo. Estamos en el kilómetro 22 de recorrido.
Por cualquiera de las calles desembocamos en la especie de plazoleta que nace al pie de la cueva del Agua. Podemos explorar el lugar, harto conocido para la mayoría, pero debemos regresar a este punto para bajar por las escaleras que descienden paralelas (por su izquierda) a la cascada principal.
Tras llegar a la carretera y hacer la foto de rigor, ascendemos unos 100 metros por la misma hasta el primer sendero que desciende hacia la izquierda buscando de nuevo el río Ebro. Cruzamos inmediatamente un puente y tomamos el sendero hacia la derecha. Desde aquí el avance nos recordará el del comienzo de la ruta. Un bosque mixto en el que incluso aparecen algunos pinos de repoblación y, en las orientaciones más norteñas, robles e incluso algún haya a pie del curso de agua.
La llegada a Escalada, tras otros 5 kilómetros y medio de avance, viene determinada por un nuevo puente. La ruta continúa sin cruzarlo, pero merece la pena desviarse para contemplar el bonito entorno y estructura de este pueblo, con interesantes casas, palacios e incluso una excepcional portada románica.
De regreso al lado original del río, nos queda apenas kilómetro y medio hasta Quintanilla Escalada. Antes de recoger el coche podemos dar una vuelta por este interesante pueblo, tal vez con no tanto abolengo como los vistos anteriormente. Destaca el edificio del antiguo seminario, que se supone futura sede de la Casa del Parque de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón, aunque esta previsión lleva sin concretarse desde hace más de ocho años.
Comentarios
El recorrido se corresponde con la ruta de pequeño recorrido PRC-BU-2, señalizada en su momento por el Ayuntamiento de Sedano y con el tramo entre Orbaneja y Pesquera de Ebro del Sendero de largo Recorrido del Ebro, correspondiendo precisamente con las dos variantes (junto al cauce o por Turzo) que se nos ofrecen para esta etapa (etapas 5 y 5.1 respectivamente). Este último sendero está señalizado con estacas verticales de aproximadamente un metro de alto. Todo ello hace que la orientación sea bastante sencilla.
Aunque las publicaciones hablan de unos 27 o 28 kilómetros, a poco que callejeemos por los pueblos nos iremos fácilmente a los 30. Esto hace que la ruta se haga un tanto dura, pese a que los caminos son cómodos y los desniveles no muy acusados. En realidad este recorrido suele promoverse más para su realización en bicicleta de montaña (no será extraño encontrarnos con ciclistas en el camino), aunque en este sentido hay algunos tramos que son un poco complicados si no se está acostumbrado a ello.
Track del recorrido para GPS:
Vídeo con imágenes del recorrido:
Track del recorrido para GPS:
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Vídeo con imágenes del recorrido:
Conozco la ruta y es francamente interesante. Gracias, Montacedo ;-)
ResponderEliminarHistoria, urbanismo, naturaleza aparecen en dicha foto como una hermosa PRIMAVERA.
ResponderEliminarAbsolutamente genial esta ruta que nos presentas!!
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios
ResponderEliminarEl pueblo de Orbaneja del Castilla ha sido un descubrimiento impresionante y la ruta hasta Quintanilla-Escalada por la orilla del rio ha sido un paseo que habrá que repetir en primavera.
ResponderEliminarGracias por la información