No son muchos los turistas que
paran en el Valle de Losa; y la gran mayoría de los mismos lo hacen
exclusivamente para visitar esta relativamente famosa ermita.
Dos imágenes de la "peña colorada". En la segunda se aprecia el camino de acceso y la pradera que ocupa su parte superior
Y es que son varios los elementos
de interés del lugar, que le conceden incluso un halo de misterio. En primer
lugar la propia peña en la que se ubica, conocida como “peña colorada”, que
semeja una especie de gran navío que emerge a la superficie para obligar al río
Jerea a trazar un gran meandro para bordearla por su parte posterior. Tal y
como reza el cartel informativo, parece como si el objeto de esta peña fuera
poner en contacto la tierra con el cielo.
Impactante perspectiva de la "peña colorada" desde el sendero GR-85. Por detrás observamos los grandes pinares de Losa y al fondo los Montes de La Peña.
El lugar fue escogido por el
pueblo prerromano de los autrigones para erigir uno de sus numerosos castros. El
más primitivo cristianismo ya mantendría el culto en el lugar, tal y como se ha
podido comprobar con los trabajos arqueológicos.
Pradera de acceso a la ermita.
En segundo lugar, la ubicación
del templo, casi en lo más alto de la peña y adaptado a una pradera con una pendiente
considerable; lo que hace que fachada y ábside tengan una gran diferencia en
altura. Al interior este problema se solventa con una serie de escalones, e
incluso en el suelo del ábside aflora la propia roca.
Aquí se aprecia el desnivel visto desde la parte del ábside. La nave lateral es muy posterior.
En tercer lugar, la decoración
escultórica de la ermita; empezando por ese personaje que nos recibe, una
especie de atlante con un enigmático saco a la espalda y en el que algunos
quieren reconocer a Noé y otros a Sansón. También intrigante es la imagen
simétrica al personaje, un zig-zag a modo re rayo ¿pudo estar aquí en el pasado
la compañera del atlante?
Portada. Vista general.
Portada. El misterioso "hombre del saco". Capiteles con representación de los martirios del santo. Extrañísima figura que sin duda procede de otra ubicación.
Ausencia de la pareja del Atlante. Misterioso rayo en zig-zag.
Capiteles con los martirios del santo. Personajes encerrados en las arquivoltas. Más imágenes desubicadas.
Y, siguiendo con las incógnitas,
¿Quiénes son esos personajes encerrados en las arquivoltas de portada y
ventana? ¿Son presos o tal vez eremitas? ¿Qué significan esas caras grotescas,
algunas quejumbrosas? En los capiteles de la portada sigue existiendo un
interesante repertorio iconográfico en el que se muestran imágenes de los
diferentes martirios que sufrió San Pantaleón, un santo del más primitivo
cristianismo.
Ventanas del ábside. Personaje grotesco que "se come" la columna.
Ventanas del ábside. Cabezas enigmáticas.
Ventanas del ábside. Fuste tallado.
Ventanas del ábside. Personajes encerrados en la piedra (detalle).
En todo caso vemos una cierta
desorganización de la decoración, lo cual parece corroborar la suposición de
que el templo sufrió un grave deterioro al poco de ser construido, y hubo de
rehacerse recién entrado el siglo XIII (la leyenda del interior se remonta al
año 1207).
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Según algunas propuestas, el templo sería una reedificación respecto a una iglesia original situada al pie de la peña. |
En el interior domina el espacio un gran ala que se adosó en el periodo
gótico tardío, lo que hace que la pequeña construcción románica quede un tanto relegada
a convertirse en una especie de atrio de entrada. Para que el espacio sea aún
más extraño vemos como el suelo se organiza en diversas alturas y los estilos
artísticos aparecen mal combinados.
Podemos destacar en todo caso una especie
de cenotafio un tanto deteriorado en cuyo centro existe un sepulcro románico
así como algunos capiteles que muestran milagros del santo. También se
encontraba en la ermita una imagen del siglo XIII representando a Nuestra
Señora de Sociruelos (en algunos sitios aún se llama así a esta ermita). Hoy la
talla se guarda en el museo del Retablo de Burgos.
Precioso paisaje del valle del Jerea, visto desde la ermita.
Pero los visitantes del lugar no
vienen sólo atraídos por el enclave singular y la calidad artística del templo.
Traen consigo los ecos de un legado inmaterial que es fácil de evocar una ver
llegados a la peña. Durante siglos se guardó en esta apartada ermita una ampolla
con parte de la supuesta sangre del mártir Pantaleón.
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Algunos de los relieves del interior del templo |
Como en otros lugares con
reliquias análogas, en la víspera de la festividad, el 27 de julio, el
contenido de la ampolla se licuaba durante unas horas augurándose, cada vez que
no ocurría así, un periodo de desgracias. La transformación ya es citada por un
monje irlandés del siglo XII. Hoy la reliquia ha desaparecido; aunque pudiera ser la misma que existe en el convento de la Encarnación de Madrid
(en donde cada año se sigue reproduciendo el fenómeno).
Durante siglos acudieron peregrinos
a visitar la reliquia a este templo que en el pasado fue regentado por la orden
de San Juan de Jerusalén; que no los templarios como en algunos sitios se cita.
En todo caso, el ambiente del lugar y una serie de ¿coincidencias? han ayudado
a construir la teoría más importante relacionada con esta ermita: su
vinculación con la leyenda del Santo Grial (según algunos el milagro de la
sangre de San Pantaleón se debe a que fue recogida con el vaso utilizado en la
última cena).
Y es que muy cerca de San
Pantaleón se encuentra la Sierra Salvada
(que equivaldría al Mont-Salvat donde se suponía que se guardaba la reliquia
más famosa). Además San Pantaleón dependía de Santa María de Siones (¿relación con Priorato
de Sión, hermandad dedicada a proteger la reliquia?) y se encuentra al lado de Criales de Losa (¿griales?).
En Internet podéis encontrar
varias páginas, que van desde el escepticismo a la elucubración, desarrollando más el
carácter esotérico y misterioso de San Pantaleón. Por citar una os recomiendo
los artículos publicados en el interesante blog “siete merindades”. Yo
por mi parte me quedo con lo que está a la vista: una preciosa ermita ubicada
en un precioso lugar.
Un antiguo pilar de apoyo de torres de alta tensión ha sido pintado a modo de "cubo de Rubik", creando un interesante contraste.
Y si aún fuera poco, recientemente han empezado a llamar la atención unas curiosas oquedades que se ven en la ladera opuesta a la ermita.
¿Naturales o (parcial o totalmente) artificiales?¿Tenían algún tipo de simbolismo relacionado con el uso de la peña?. Sugerente caso sin duda cuyo conocimiento debemos al divulgador Vladimir Rivero.
El caso es que ya en la propio visita a la iglesia se hace mención al llamado "ídolo de la Edad del Hierro". Por cierto que dichas vistas corren a cargo de los
amigos de San Pantaleón de Losa. Esta asociación ha
conseguido, entre otras cosas, recuperar la romería ancestral.
San Pantaleón es punto de inicio de una interesante ruta senderista que describo
en este artículo.