Un rincón relativamente similar al publicado hace unos días (La Poza de Quintanilla) y a otro que mostramos algo antes (Fuente Negra) es el manantial o fuente de Cuevas, en las proximidades del pueblo de Talamillo del Tozo. Estamos en la zona de transición entre los páramos de la zona del Rudrón y la comarca de las Loras. Empezamos a ver los paisajes que caracterizan a estas últimas, aunque todavía a una escala menor.
El pueblo conserva una robusta iglesia en la que lo más destaca es un ábside de época románica. La iconografía escultórica es de relativo interés, algo malograda por el carácter arenoso de la piedra, aunque en esta ocasión no tuve tiempo de detenerme en su contemplación. Como dato anecdótico observamos en varias piedras una especie de surcos o acanaladuras: son los rastros de las tareas de afilado de cuchillos y navajas que durante generaciones desarrollaron en las mismas los vecinos del pueblo.
Si seguimos durante algo más de un kilómetro un camino que surge en dirección suroeste, primero en suave ascenso y luego en suave descenso llegamos a una especie de confluencia con un vallejo trasversal. Como en el caso del manantial del Ubierna, el enclave puede pasar casi desapercibido. Se denota por una agrupación de árboles a mano izquierda, muy cerca del camino, diferenciada de los campos de cultivo de los alrededores.
El manantial como tal se compone de una primera surgencia que se comunica con la poza principal, la cual a su vez tiene otra salida para el agua que mana. El fondo del pozo está cubierto de vegetación. Un rincón sencillo de sencilla belleza que constituye el suministro principal del arroyo de Los Congostillos.
Esta surgencia es poco conocida. Investigando un poco averiguamos con cierta sorpresa que el nombre del manantial deriva de un antiguo pueblo que aquí se encontraba: Cuevas de Puerta o simplemente Cuevas.
Aparece nombrado ya en documentación medieval. En el diccionario de Madoz, mediado el siglo XIX, ya figura como despoblado de Talamillo. Sin embargo, apenas veinte años antes Miñano indica que el lugar aún conservaba algunas ruinas, entre ellas algunos muros de la iglesia. Aún después de despoblado el lugar, siguió siendo zona de paso de una ancestral ruta arriera que permitía comunicar la zona del Tozo con Villadiego.
Hoy no queda ningún vestigio de este pueblo. Bueno, ninguno no; en la iglesia que citábamos anteriormente existe una talla gótica con la advocación de la Virgen de Cuevas procedente, sin duda, del desaparecido núcleo.
Termino este pequeño artículo enlazando a un pequeño vídeo de este rinconcito natural.
EL IGN marca a su vez, al este la Cueva de la Mora.
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Y0
Sí, lo había visto y también algunas fotos en las que parece una pequeña oquedad en la línea de rocas que se ve en una de las fotos. Estuve pensando en ponerlo pero como no he encontrado más información me pareció irrelevante. Muchas gracias de todas formas.
ResponderEliminarHola Javier,gracias por esta entrada,la zona de peña ulaña y alrededores me trae uno de mis primeros recuerdos de grandes moles rocosas y buitres.Un hermano de mi padre, mi tio Sixto, paso su vida trabajando la tierra en el pueblo de Fuencaliente de Puerta y teniendo yo 7 años, me subio a la peña ulaña,mi tio ya murio, pero mi tia aun vive y nacio en Talamillo del Tozo,para mi esta entrada es un homenaje a ellos,gracias de nuevo,un saludo.
ResponderEliminarGracias por tus palabras. Tengo un conocido lejano cuyos padres son de Fuencaliente de Puerta y se ha arreglado hace unos años la antigua casa familiar.
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ResponderEliminarHace unos tres años, en verano, haciendo una excursión en bici por la zona, me paré a coger agua en el manantial (que conocía de antes) y aproveché que había un agricultor cerca para preguntarle acerca del lugar.
Me comentó que la poza es artificial en su mayor parte, excavada a propósito, ya que desde hace años se aprovecha para extraer agua de riego para los cercanos patatales.
Esto no le resta belleza ni interés al lugar, a no ser que tu visita coincida con el momento en el que una potente bomba de extracción (de gasoil) esté trabajando en el sitio, con alarde de decibelios y gases, que es lo que me sucedió en la siguiente visita.
Aún así, el manantial de Cuevas, su entorno, el camino entre Talamillo y el portillo de Santa Marina (hacia Santa Cruz, Los Valcárceres), o entre Talamillo y La Piedra, merecen una visita o una excursión en toda regla.
Gracias por la info. Y sí, ese entorno tiene una belleza especial.
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