El recorrido de hoy transcurre por una zona menos transitada de las hoces del Ebro. Siguiendo caminos seculares recientemente recuperados disfrutaremos de interesantes perspectivas de una parte del cañón y de dos de sus pueblos.
Dificultad: Media-Baja. El ascenso es llevadero y la distancia más bien corta.
Orientación (sin GPS con track o cartografía): fácil.
Belleza: Alta
Tiempo: 3 horas y media (12,5 km). Opción corta: 2 horas y media (8 kilómetros).
Situación
Quintanilla Escalada se encuentra en el kilómetros 60 de la N-623 a Santander. Podemos dejar el vehículo en el amplio área de aparcamiento de la derecha de la carretera; justo antes de cruzar el puente sobre el Ebro.
Puntos de Interés
Pueblos de Quintanilla Escalada y Escalada. Senderos de ascenso y descenso. Vistas desde la parte alta. Encina de Quintanilla.
Descripción de la Ruta
En esta zona localizamos un panel explicativo de la ruta, aunque en la fecha de realización del recorrido no está completada su señalización. Desde aquí vemos la pasarela para cruzar peatonalmente el Ebro, al cual podemos acercarnos. El sendero como tal comienza cruzando la carretera; buscando el camino que transita paralelo al río remontando el mismo.
Bordeamos así el casco urbano de Quintanilla Escalada pasando junto a un parque infantil. Tras dejar atrás el pueblo seguimos un camino paralelo al río (coincidiendo con el trazado del sendero GR99). A los lados vemos los altos farallones que delimitan el valle en esta zona.
Sin demasiadas novedades recorremos el kilómetro largo que nos separa del pueblo de Escalada. Un puente permite acceder al pueblo (tiene varios puntos de interés, tal y como podemos comprobar en estos artículos (uno y dos); pero el sendero como tal continúa por la margen izquierda. Unas decenas de metros más adelante encontramos el nacimiento de un sendero por la parte izquierda, subiendo por la ladera y compartiendo espacio con la bajada de un arroyo.
Según la época, podemos encontrar algo de barro en esta primera parte del ascenso. Pronto encontramos un claro giro hacia la derecha y accedemos a un precioso sendero flanqueado de arbolado: es el antiguo camino de fuente Ralí o de los Ladrones (utilizado tal vez en el pasado para el contrabando). También fue usado hasta hace unas décadas para la comunicación con otros pueblos del entorno y para el acceso a las eras de trilla que se ubicaban en el páramo.
Situación aproximada del camino de Fuente Ralí visto desde las curvas de la N-623. |
El camino va ascendiendo de manera suave y constante. Poco a poco vamos teniendo perspectivas más altas de esta parte del cañón. Superado un antiguo abrevadero y el cauce, normalmente seco, del arroyo de Fuente Ralí, alcanzamos un giro completo en el camino. Desde aquí ya sólo nos quedan unos cientos de metros de ascenso, mientras tenemos unas preciosas vistas del pueblo de Escalada y de las curvas de la carretera nacional.
Justo en el punto en el que accedemos al páramo encontramos una bifurcación. Hacia la derecha se puede enlazar hasta el pueblo de Orbaneja del Castillo; pero nosotros continuamos hacia la izquierda, bordeando una tierra de labor. Pronto el sendero se transforma en un camino carretero que pasa junto a los abandonados corral y fuente Ralí.
Tras un suave ascenso que dura unos minutos más llegamos a una bifurcación en la que hemos de girar bruscamente hacia la izquierda. Estamos andando por un bosquete de encina carrasca, generalmente en suave ascenso. Ignoramos una primera derivación hacia la izquierda y superamos un vallado de tipo “pastor eléctrico”. También pasamos junto a un interesante chozo pastoril construido con lastras del páramo.
Algo más de un kilómetro después del giro a la izquierda encontramos una segunda derivación hacia el lado izquierdo. Desde aquí tenemos dos opciones: La primera consiste en tomar directamente este camino para retornar hacia Quintanilla Escalada: la segunda consiste en caminar un tramo adicional que pasamos a describir.
Desde el cruce el camino gira marcadamente hacia la derecha ignorando una nueva derivación. Atravesamos un vallejo en forma de una especie de pradera y empezamos a subir lentamente acompañados siempre del bosquete de encina; alejándonos de la zona de los cañones.
Tras más de un kilómetro por un paisaje poco cambiante alcanzamos una zona de estrecha pradera mientras el bosque clarea de forma evidente. Al poco el camino gira claramente hacia la izquierda cruzando la pradera y sube un poco. Unos cientos de metros más adelante encontramos junto al camino una extraña construcción: conocido en la zona como el Mojón del Manco (al parecer fue construido por un pastor con esta dolencia). Edificado con las frecuentes piedras planas del páramo, es una especie de prisma con tres caras principales, cuya forma está orientada a protegerse de los vientos (también recibe el nombre de “tres vientos”)
Desde la construcción miramos hacia el camino (hacia el este). Con un poco de atención observaremos a unos doscientos metros una encina que parece ser algo más alta que las demás. Caminamos campo a través hacia la misma y vamos viendo como en realidad estamos ante una encina de tamaño poco usual: se trata de la encina de Quintanilla, de la cual acabamos de hablar en un reciente artículo.
Una vez vista la encina decidimos buscar el retorno hacia la zona de la praderita alargada, enlazando con ello con el camino que nos ha traído hasta aquí. Desde este punto desandamos todo el recorrido hasta el cruce que indicamos anteriormente. Dicho camino baja suavemente y pasa junto a otro “tres vientos”. Desde aquí se va difuminando poco a poco pero es fácil de intuir su continuación.
Pasamos junto a un cartel que indica la presencia de parapetos de la Guerra Civil, aunque en la fecha que se realizó el recorrido no eran perceptibles. Unos pasos más adelante nos encontramos repentinamente con el precipicio del cañón del Ebro, desde donde podemos apreciar unas amplias perspectivas del tramo entre Escalada y Quintanilla Escalada.
El sendero gira hacia la izquierda y transita inicialmente bajo una cornisa rocosa. Pronto zigzaguea en descenso en un tramo que implica cierta atención para no resbalar. Llegamos a la zona del bosque y efectuamos un descenso más brusco que el correspondiente al sendero de ascenso. Pasamos junto a una gran pared rocosa y giramos bruscamente hacia la izquierda pasando por un tramo en el que el sendero parece cerrarse.
Pronto superamos este tramo de cierta dificultad y enseguida llegamos a Quintanilla a la altura de su cementerio. Pasamos por la parte trasera del antiguo seminario y ya sólo nos queda callejear hasta el punto en donde hemos dejado el vehículo, disfrutando de las construcciones de corte montañés. Más información sobre este pueblo tenemos en un artículo específico.
Comentarios
Recorrido relativamente sencillo, especialmente si se opta por la opción reducida. Forma parte de la reciente red de Sendero del Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón, y es probable que en la actualidad esté mejor señalizado. Dentro de dicha red se puede optar por acceder hasta Orbaneja del Castillo, tanto a través del páramo como siguiendo al borde del río.
Justo en el punto en el que accedemos al páramo encontramos una bifurcación. Hacia la derecha se puede enlazar hasta el pueblo de Orbaneja del Castillo; pero nosotros continuamos hacia la izquierda, bordeando una tierra de labor. Pronto el sendero se transforma en un camino carretero que pasa junto a los abandonados corral y fuente Ralí.
Tras un suave ascenso que dura unos minutos más llegamos a una bifurcación en la que hemos de girar bruscamente hacia la izquierda. Estamos andando por un bosquete de encina carrasca, generalmente en suave ascenso. Ignoramos una primera derivación hacia la izquierda y superamos un vallado de tipo “pastor eléctrico”. También pasamos junto a un interesante chozo pastoril construido con lastras del páramo.
Algo más de un kilómetro después del giro a la izquierda encontramos una segunda derivación hacia el lado izquierdo. Desde aquí tenemos dos opciones: La primera consiste en tomar directamente este camino para retornar hacia Quintanilla Escalada: la segunda consiste en caminar un tramo adicional que pasamos a describir.
Desde el cruce el camino gira marcadamente hacia la derecha ignorando una nueva derivación. Atravesamos un vallejo en forma de una especie de pradera y empezamos a subir lentamente acompañados siempre del bosquete de encina; alejándonos de la zona de los cañones.
Tras más de un kilómetro por un paisaje poco cambiante alcanzamos una zona de estrecha pradera mientras el bosque clarea de forma evidente. Al poco el camino gira claramente hacia la izquierda cruzando la pradera y sube un poco. Unos cientos de metros más adelante encontramos junto al camino una extraña construcción: conocido en la zona como el Mojón del Manco (al parecer fue construido por un pastor con esta dolencia). Edificado con las frecuentes piedras planas del páramo, es una especie de prisma con tres caras principales, cuya forma está orientada a protegerse de los vientos (también recibe el nombre de “tres vientos”)
Desde la construcción miramos hacia el camino (hacia el este). Con un poco de atención observaremos a unos doscientos metros una encina que parece ser algo más alta que las demás. Caminamos campo a través hacia la misma y vamos viendo como en realidad estamos ante una encina de tamaño poco usual: se trata de la encina de Quintanilla, de la cual acabamos de hablar en un reciente artículo.
Una vez vista la encina decidimos buscar el retorno hacia la zona de la praderita alargada, enlazando con ello con el camino que nos ha traído hasta aquí. Desde este punto desandamos todo el recorrido hasta el cruce que indicamos anteriormente. Dicho camino baja suavemente y pasa junto a otro “tres vientos”. Desde aquí se va difuminando poco a poco pero es fácil de intuir su continuación.
Pasamos junto a un cartel que indica la presencia de parapetos de la Guerra Civil, aunque en la fecha que se realizó el recorrido no eran perceptibles. Unos pasos más adelante nos encontramos repentinamente con el precipicio del cañón del Ebro, desde donde podemos apreciar unas amplias perspectivas del tramo entre Escalada y Quintanilla Escalada.
El sendero gira hacia la izquierda y transita inicialmente bajo una cornisa rocosa. Pronto zigzaguea en descenso en un tramo que implica cierta atención para no resbalar. Llegamos a la zona del bosque y efectuamos un descenso más brusco que el correspondiente al sendero de ascenso. Pasamos junto a una gran pared rocosa y giramos bruscamente hacia la izquierda pasando por un tramo en el que el sendero parece cerrarse.
Pronto superamos este tramo de cierta dificultad y enseguida llegamos a Quintanilla a la altura de su cementerio. Pasamos por la parte trasera del antiguo seminario y ya sólo nos queda callejear hasta el punto en donde hemos dejado el vehículo, disfrutando de las construcciones de corte montañés. Más información sobre este pueblo tenemos en un artículo específico.
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Recorrido relativamente sencillo, especialmente si se opta por la opción reducida. Forma parte de la reciente red de Sendero del Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón, y es probable que en la actualidad esté mejor señalizado. Dentro de dicha red se puede optar por acceder hasta Orbaneja del Castillo, tanto a través del páramo como siguiendo al borde del río.
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Track del recorrido (pulsa en el círculo verde para más información)
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Vídeo con imágenes del recorrido
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