Desde mediados del siglo XX se
especulaba con la posibilidad de que existieran los restos de una villa romana
en el entorno del pueblo de Baños de Valdearados; no sólo por estar en un
fértil valle a unos quince kilómetros de Clunia y a la vera de los
restos de la transitada vía de comunicación que unía la ciudades de Astorga
(Asturica Augusta) con Zaragoza (Caesaraugusta); sino también, y especialmente
por el nombre de “Baños”.
A finales del año 1972, en el transcurso
de los procesos de concentración parcelaria, y durante el desarrollo de unas
tareas de explanación de un terreno en el pago de Santa Cruz, un vecino de la
localidad informó al médico del pueblo que habían surgido algunos objetos
llamativos: fustes, piedras labradas y restos de mosaicos. Informados
oportunamente, en los días siguientes se desplazaron al lugar algunos miembros
de la institución Fernán González; realizándose una serie de catas. En una de
ellas se dio con lo que parecía parte de un mosaico de gran tamaño;
decidiéndose proteger el yacimiento de cara a
una exploración en profundidad para el verano siguiente.
Efectivamente en el verano de
1973 se desarrollaron los trabajos arqueológicos que pusieron al descubierto el
gran mosaico que da personalidad al yacimiento; y del cual hablaremos más
adelante. Durante los años siguientes se continuó con la exploración de la zona
noble de la villa; descubriéndose otras dos salas adicionales enlosadas con
mosaico (aparte de otras piezas).
A finales de los años setenta se
lleva a cabo el traslado de los mosaicos a unas naves ubicadas en el centro del
pueblo. Este trabajo debió de ser bastante arduo, pues debía hacerse en
pequeños bloques y asegurando la identificación espacial de cada uno de ellos.
No sería hasta mediados de los noventa cuando el emplazamiento original fuese
acondicionado; momento en el cual los mosaicos fueron repuestos en su ubicación
original.
Dentro de la extensión de la
villa, cuya antigüedad se remonta a los siglos IV y V. se ha procedido a
explorar únicamente la parte noble. Se han identificado los restos de unas diez
habitaciones, de las cuales tres tienen el piso ocupado por mosaicos, siendo
sin duda los más importantes de toda la provincia.
La sala más importante desde el
punto de vista arqueológico y turístico es sin duda la que correspondía con la
sala de recepciones u oecus. Esta sala aparece ocupada por un mosaico figurado
de grandes dimensiones, unos 66 metros cuadrados, y muy bien conservado.
Presenta en el centro dos escenas
figuradas y, alrededor de ellas, una gran cenefa de motivos geométricos en la que se incluyen seis escenas de caza
(en cuatro de las cuales aparecen los nombres de los vientos) y bustos
masculinos en las esquinas.
El mosaico está dedicado a Baco,
dios del vino, que aparece representado en las dos escenas centrales: en la
superior el dios aparece rodeado por su corte y en la inferior regresa
victorioso de la India. Es más que probable que esta temática esté relacionada
con el hecho de que la villa se dedicase en buena medida a la producción de la
vid.
Otra habitación, que podría
corresponder al triclinium o comedor, presenta un mosaico de temática
geométrica. Los motivos son rombos, octógonos, series de círculos
concéntricos...
Se ha localizado un tercer
pavimento con mosaico figurado. Se estructura en torno a un emblema octogonal
central incluido en una estrella de ocho puntas, en cuyo interior aparece
representada la diosa Ceres (diosa de la tierra fértil y de los cereales) o la
diosa Fortuna.
Este motivo está rodeado por
varios espacios geométricos entre los que se incluyen, coincidiendo con los
puntos cardinales, cuatro escenas animales de las que se han conservado dos: un
jabalí macho y un ciervo. En las esquinas hay cuatro bustos femeninos de
distintas edades, que posiblemente representen las estaciones. El borde
exterior está decorado con bandas de motivos como: cráteras, ajedrezados,
palomas, animales, rosetas, hojas de hiedra…)
Uno de los aspectos más
llamativos de la villa es su red de abastecimiento, almacenaje y evacuación de
agua, que se articula en torno a un pozo desde el que distribuye el agua a
través de varias galerías. Existen además dos depósitos o aljibes.
Por otro lado en varias de las
habitaciones se ha documentado el hipocausto o sistema de calefacción de suelo
radiante, similar a las tradicionales “glorias”. Esta instalación se completaba
con la utilización de braseros de bronce, como lo pone de manifiesto el
encontrado en esta villa, que está decorado con cuatro cabezas de felino y
presenta un remate almenado (se expone actualmente en el museo de Burgos).
En época medieval en este lugar
se situó una necrópolis o área de enterramiento relacionada, muy probablemente,
con edificio religioso, un convento al que hace referencia un documento
medieval del año 1048. Se han descubierto varias tumbas que se pueden fechar
entre los siglos IX y X. Es probable que, en realidad, el lugar no llegase a
abandonarse del todo en los siglos intermedios (los siglos “oscuros”). En este
sentido la denominación de Santa Cruz del lugar podría obedecer a un intento de
sacralización de emplazamientos paganos.
Los vecinos de Baños de
Valdearados se sienten muy identificados con el enclave que les ha dado fama.
Desde hace más de diez años vienen realizando una fiesta en torno a la temática
de “el triunfo de Baco”. Durante la misma, que tiene lugar a finales del mes de
agosto, se recrean los vestidos y las costumbres de época romana.
Lamentablemente, la historia de
este yacimiento aparece ligada irremediablemente a los hechos acaecidos el día
de los inocentes del año 2011. Amparados por la noche y por la escasa población
que habita el pueblo los días de entresemana de invierno; unos desaprensivos
practicaron un gran boquete en la estructura que alberga el lugar. A base de
martillazos arramplaron con las escenas principales del mosaico del “triunfo de
Baco”. Por lo que parece (no sé si sirve de alivio o no), resulta poco probable
que los ladrones o quien les contratase haya podido reproducir el mosaico, pues
debieron sacar el mosaico en trozos muy pequeños y dejaron tras de sí un gran
reguero de teselas.
Tras el disgusto inicial, la
Junta de Castilla y León acabó encargando una reproducción de las escenas
sustraídas. Los trabajos se completaron en el año 2014 y la villa fue reabierta
a las visitas pocos meses antes de la publicación de este artículo. Se ha
querido que la reproducción refleje fielmente al original, pero sin intentar
ocultar al visitante las zonas que han sido reconstruidas.
No había 300 euros en 2011 para colocar una alarma o una cámara de vídeo remoto... o un vigilante, después de varios intentos de robo y vandalismo anteriores al expolio del mosaico, pero se gastan en 2014 más de 400.000 euros en poner unos cipreses, un camino y un aparcamiento. ES UNA VERGÜENZA, SI TUVIESE UN POCO DE VERGÜENZA DEBERÍA DIMITIR EL DIRECTOR GENERAL DE PATRIMONIO. Mientras tanto, el mosaico en manos de unos chorizos con poco nivel, posiblemente del este europeo y conocedores del pueblo (albañiles temporales, por ejemplo).
ResponderEliminarGracias por comentar. Sí, muy triste todo.
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