Desde el mismo casco urbano de
Espinosa de los Monteros nace una pista poco conocida pero practicable que
conduce a las antiguas instalaciones militares de Picón Blanco y a un parque
eólico. Los importantes desniveles de esta
carretera hace que grupos ciclistas estén intentando promocionarla para su
inclusión en recorridos competitivos, e incluso las entidades de la zona han
señalizado los porcentajes de cada kilómetro.
Aunque el que suscribe es
aficionado a estos temas, no es este el lugar para hablar de ciclismo, pero sí
para mencionar la existencia de una lobera cuyo acceso se encuentra en pleno
ascenso a la cumbre. Se trata de la lobera del alto del Caballo (por una cima
secundaria bajo la cual se encuentra) y que fue recuperada parcialmente en 2010
gracias a la colaboración de la Fundación Naturaleza y Hombre con administraciones
de la zona.
Foso y parte final de la lobera
En un anterior artículo sobre la
Lobera de Perex ya describía brevemente en qué consistían estas antiguas
infraestructuras destinadas a la captura de lobos y mostraba mi fascinación por
este magnífico y ancestral legado de la vida popular, a la vez en contacto y en
lucha con la naturaleza.
A lo largo de la pared, entre hayas acebos y serbales.
Tanto en la lobera de Perex, como
en la de Monte Santiago o el Corral de los Lobos quedaba meridianamente
clara la importancia del conocimiento del terreno y de las costumbres animales
para diseñar la ubicación y orientación de estas construcciones. El caso de la
lobera del Alto del Caballo no es una excepción.
Las paredes convergentes de la
lobera del alto del Caballo se extienden a lo largo de la arista del monte
(unos 300 metros cada una). La batida se realizaba desde el oscuro vallejo del
lado occidental (frecuente refugio de los esquivos cánidos) cerrando las
salidas superiores. De este modo el lobo, en su intento de pasar a una nueva
canal, se encontraba con la trampa.
Imagen adaptada de Google Earth en la que intento mostrar cómo la lobera se adapta a la ladera de la montaña.
La lobera del alto del Caballo fue empleada hasta
principios del siglo XX. En cada batida llegaban a participar hasta 200
hombres; no sólo de Espinosa sino también de valles cercanos como Montija o
Carranza. Hoy el lugar guarda una belleza especial, no sólo por su valor etnográfico, sino por el privilegiado entorno paisajístico en el que se ubica. No será esta la última lobera que aparecerá en el blog.
Junto al foso de la lobera se tiene una buena vista de la llanura de Montija.
A lo lejos, el peculiar diapiro del Valle de Mena, cual si de un volcán se tratase.
Efectivamente, los desniveles son muy fuertes. En coche, en algunas zonas, hay que subir en primera. La bajada es igualmente fuerte, en segunda como mucho, y ojo a los frenos.
ResponderEliminarSi alguien se acerca por allí, recomiendo llegar sólo hasta un pequeño collado, en donde se abre la montaña y de donde parte una pista de tierra hacia la derecha, y no continuar por la carretera hasta una curva a derechas, al fondo, donde ya desaparece el asfalto, ya que sólo hay tierra blanca suelta. Es muy peligroso entrar en esa curva con un coche normal y tracción a dos ruedas.
Un saludo
Gracias por la información. Yo subí sólo hasta donde está la lobera y más o menos bien (el año pasado)
ResponderEliminarPreciosa la última foto, la verdad...
ResponderEliminarGracias a tu blog hemos indicado en OpenStreetMap todas las loberas de las que has hablado aquí.
ResponderEliminarAquí puedes ver la de Espinosa:
http://www.openstreetmap.org/#map=17/43.11735/-3.53027
Ok. Todavía me queda por lo menos una (tal vez dos).
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