Seguro que quienes leyeron el artículo que publiqué hace unos meses sobre la
lobera de Perex intuyeron mi
fascinación por estas construcciones tan poco conocidas y valoradas. Sin volver a explicar todos los pormenores de las loberas, que ya intenté desarrollar por entonces, quiero resaltar una vez más los conocimientos de geografía y de costumbres animales que eran necesarios para que la obra resultase más o menos efectiva. Y si en la lobera de Perex esto queda más o menos claro, ello es mucho más evidente en la casi desconocida lobera de Huidobro, denominada popularmente
El Corral de los lobos.
El casi desaparecido pueblo de
Huidobro se encuentra enclavado en una especie de caldera natural conocida como
hoya de Huidobro, que además queda orientada hacia el norte. Ello hace que, pese a ubicarse en plena comarca de páramos, tenga un clima muy diferenciado que le permite sostener un sorprendente hayedo (
por el cual ya hemos caminado). Esta circunstancia se aprecia bastante bien en la siguiente imagen extraída de Google Earth.
Aspecto de la hoya de Huidobro y ubicación de "el corral de los lobos"
Se entiende con bastante facilidad que la umbría de la hoya de Huidobro sirviera de refugio para los abundantes lobos del pasado, escondiéndose aquí tras atacar al ganado de los pueblos de la zona. Para poder combatirlos los lugareños plantearon la construcción de una lobera en la parte superior de la hoya.
Imagen de satélite. Se aprecia la estructura de la lobera. Esquema de probable funcionamiento
La lobera se construyó en una zona en donde no existe pared rocosa cerrando la hoya por el sur y en donde además se forma un pequeño vallejuelo, con una boca de abertura de unos 200 metros. De este modo, con un acoso coordinado era relativamente fácil arrinconar al lobo hacia este embudo artificial y hacerlo caer en el foso.
Imagen anterior ampliada. Los números se corresponden con el orden y ubicación de las siguientes fotos de superficie
Tal y como observamos, el corral de los lobos se distingue perfectamente en las imágenes aéreas. No ocurre lo mismo con la vista de superficie; en donde descubrimos como la construcción se encuentra en muy malas condiciones y pervive casi de milagro. Los muros, realizados a base de la propia piedra del páramo, se encuentran totalmente colapsados (al parecer mucha de la piedra fue utilizada para rellenar la cercana carretera Pesadas-Sedano) y el foso (que tenía una forma circular) colmatado.
Foto 1 de la zona, se aprecian los restos de muros y la pendiente hacia este lado
En la memoria popular de los pueblos de la zona no existe recuerdo de la última vez que se utilizó; aunque respecto a su antigüedad tal vez pueda darnos alguna pista el hecho de que a apenas un par de kilómetros se encuentre el dolmen de
El Moreco, de unos 5000 años de antigüedad. En todo caso es una pena que esta patrimonio tan interesante se encuentre en este estado.
Foto 2 de la zona
Foto 3 de la zona. Foso colmatado
foto 4.