Tras el paréntesis de la última publicación volvemos al Valle de Losa remontando el río que define la comarca: el Jerea. Tal y como indicamos hace algunas
semanas, durante siglo y medio Río de Losa fue cabeza de un pequeño municipio
que acabó desapareciendo al integrarse en el actual de Valle de Losa. Tal vez por
ello su casco urbano tenga un tamaño relativamente grande y bien estructurado.
En todo caso, si hemos parado en
Río de Losa es en busca un edificio un tanto aislado, situado a la salida del
pueblo siguiendo la pista que conduce a Villaluenga. A primera vista se trata
de una casa de proporciones generosas, pero no espectaculares. Sin embargo, lo
que estamos viendo es lo que queda de la torre defensiva levantada en el siglo
XV por un miembro de la casa de Angulo. De su primer periodo apenas quedan
algunos vanos y aspilleras.
La torre sufrió una transformación
casi total a principio del siglo XX; y es precisamente este periodo de su
historia el que más nos interesa y que nos describe Jesús Fernández en el libro
“el Valle de Losa en la historia y en la Memoria ”.
El señor Pradales, deán que fue
de la Catedral
de Burgos, adquirió la propiedad y dispuso la creación en la misma de una
preceptoría o pre-seminario, cuyo objeto era ofrecer la primera formación a los
niños de la zona que deseasen dar los primeros pasos en la carrera sacerdotal.
La preceptoría se creó con la
autorización del arzobispado de Burgos en 1907, bajo el nombre de “preceptoría
de Latín y Humanidades de Rio de Losa”. Inició su andadura con un capital inicial de 34.000
pesetas; cantidad a la que luego se irían añadiendo otras donaciones.
El primer preceptor o maestro fue
Nicolás Oteo, que estuvo ejerciendo el cargo durante más de 40 años. Su sueldo
inicial era de 1.000 pesetas anuales, a lo que se añadía parte de la
contribución de los niños con mayores recursos, si bien la mayoría eran
considerados pobres y no pagaban. Las cuentas de la preceptoría eran aprobadas
por los curas de los pueblos cercanos.
Las materias de estudio
consistían, entre otras, de Gramática Latina, Castellana y Griega, Traducción y
Geografía. Los estudios terminaban en el tercer curso, pudiendo los alumnos
ingresar a continuación en el cuarto curso en el seminario de Burgos. Los
estudiantes participaban en las misas de los domingos del pueblo y colaboraban
con el cura párroco. Tenían hasta una huerta cultivada por ellos mismos. La
preceptoría se mantuvo como tal hasta mediados de siglo, pasando por la misma
más de un centenar de alumnos.
Posteriormente el edificio
permaneció en manos de la iglesia, y era ocupado por jóvenes para actividades
de tiempo libre. No sé cual es su uso actual, pero hace unos 15 años, camino de
la Lobera de
Perex, pasamos junto a unas edificaciones cercanas (ya en medio del monte) que reciben el nombre de “El
Campamento”, en las que observamos un grupo de jóvenes y monitores. Tal vez
haya una vinculación entre ambas cosas. A ver si algún lector puede aclararnos
algo al respecto.
Verdaderamente bello ¡
ResponderEliminarSalut
Muy bueno
ResponderEliminarMuy bueno
ResponderEliminarMuchas gracias.
ResponderEliminarHola , me interesa mucho lo de la preceptoria porque creo que Nicolas Oteo era tio de mi padre y quisiera saber mas datos
ResponderEliminarUn saludo
Beatriz Oteo.
beatrizoteo@gmail.com