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miércoles, 4 de julio de 2012

Ruta de senderismo: Montes de Oca

Los humildes Montes de Oca representan los últimos estertores noroccidentales de la sierra de la Demanda. Sorprende encontrar estos bosques mixtos de roble y haya, configurados por el discurrir del río Oca, a tan sólo una treintena de kilómetros de Burgos.
 
Dificultad: Media
Orientación (sin GPS con cartografía o track): difícil
Belleza: Normal
Tiempo y distancia: 4 horas y 15,5 kilómetros. (contando derivaciones)


Situación

Saldremos de Burgos por la N-120 en dirección Logroño. Pasados unos 30 kilómetros, y tras superar el puerto de la Pedraja, llegamos a Villafranca Montes de Oca. Dejamos el coche en la amplia plaza que se extiende ante su iglesia parroquial.

Puntos de Interés

Antiguo hospital de Peregrinos de Villafranca. Camino de Santiago. Bosques de robles y hayas. Embalse de Alba. Cañón del Oca. Vistas sobre la demanda. Vistas desde el Castro.

Descripción de la Ruta

Villafranca Montes de Oca es una de las localidades burgalesas más vinculadas a su carácter de pueblo-camino, en especial al camino de Santiago donde era y es parada obligada. El mayor signo de ello es el antiguo hospital de peregrinos, restaurado para volver a funcionar como hotel y albergue de peregrinos, que se levanta por encima de la iglesia. En la parte baja del cercado del mismo se encuentra un cartel muy desdibujado que en su momento describía el sendero que hoy vamos a seguir.

Como estamos ya a principios de verano y anuncian algo de calor, decidimos madrugar, lo que nos llevará a que durante una hora larga nos veamos acompañados de un nieblecilla algo fresca. Tomamos la callecita ascendente que se acerca al edificio indicado, en donde podemos apreciar un bonito atrio de acceso.

Nuestro recorrido continúa en este sentido, sumándose durante unos dos kilómetros al discurrir de la ruta jacobea. Nos internamos en un sendero con un fuerte ascenso mientras que encontramos a peregrinos que acaban de iniciar su ruta de hoy. Poco después nos incorporamos a otro camino más marcado, siguiendo con un desnivel bastante fuerte.

Ignorando los ramales secundarios salvamos en algo más de un kilómetro un desnivel de 150 metros mientras el paisaje va pasando paulatinamente de un dominio de cultivos al robledal que será el principal protagonista del recorrido. En este punto tenemos un mirador sobre el boscoso entorno del río Oca antes de llegar a Villafranca. Bajo nosotros llega el rumor de la carretera nacional. Seguimos la ruta sombreada dejando atrás el área de descanso y la fuente Mojapán (bonito nombre). Se asciende aún más, pero ya de manera más suave.

Coincidiendo con el final de la subida dejamos atrás el bosque y poco después llegamos a una repoblación de pinos. Un kilómetro después, y tras descender un poco, trazamos un pronunciado giro a la izquierda para tomar un camino muy marcado, abandonando el camino de Santiago. Tras un descenso corto pero pronunciado vamos a parar a la carretera nacional. Con todas las precauciones necesarias pasamos al otro lado y ascendemos unos delicados 200 metros hasta llegar a un tramo de carretera abandonada que seguiremos.

Poco después, en una especie de cota del ascenso, encontramos hacia la izquierda una marcada pista que hemos de seguir. En el siguiente tramo tenemos varios cruces: primero una bifurcación en la que seguimos por la izquierda, luego un camino que se incorpora por nuestra derecha y finalmente otra bifurcación en la que tendremos que descender hacia la derecha. Por cierto que en esta zona alcanzamos la cota máxima del recorrido: 1180 metros.

Como decimos afrontamos un fuerte descenso por un camino ancho pero castigado. Tras 500 metros vamos a dar con la pista asfaltada que da servicio a la presa de Alba. Tomamos la misma hacia la derecha y pronto tenemos ante nosotros esta pequeña y casi siempre estancada masa de agua. Está cerrada por el este y por el sur por humildes pero afiladas agujas calizas. En este punto encontramos un marcado camino que desciende hacia la derecha al encuentro del agua. Tras algunas revueltas de descenso nos situamos paralelos al mismo, aunque algo por encima.

Pasamos unos minutos el camino se aleja del embalse y acaba desapareciendo como tal. Podemos apreciar como unas rodadas continúan girando hacia la derecha, las cuales seguimos. Justo antes de cruzar el cauce del arroyo del Montecillo, encontramos la indicación de las ruinas del pueblo de Alba. En realidad estamos junto al mismo pero apenas quedan restos de muros entre la vegetación, como si se tratase de las ruinas de una civilización milenaria cuando hace menos de un siglo la vida bullía en este pequeño rincón. El signo más evidente es un lavadero con una evocadora inscripción tallada en los años 30 del siglo pasado.

Retomamos el sendero principal (estamos más o menos a mitad de recorrido en cuanto a distancia, tal vez no en cuanto a tiempo) que al principio asciende un poco pero se acaba difuminando. Entramos en el tramo más confuso del recorrido. Aún persisten algunas estacas indicativas pero diremos como orientación que no nos alejaremos ni acercaremos demasiado al río Oca y que siempre hay un sendero (el problema es que a veces se cruza con otros).

Descendemos hasta el cauce de una primera vaguada y tras empezar a ascender por el otro lado giramos a la izquierda. Pronto llegamos a un rodal con centenares ejemplares de haya. Pasado el mismo ganamos un poco de altura y salimos a una zona bastante abierta. Superamos otra vaguada y empezamos a girar algo hacia la izquierda. Instantes después el sendero nos lleva a un fuerte descenso, ya a la búsqueda de un vado sobre el Oca; al otro lado vemos un camino aparentemente más marcado.

Tras superar un vallado ganadero por una abertura llegamos a un punto con buenas vistas sobre una especie de cañón encajonado que forma el río antes de llegar al embalse. Seguimos descendiendo con precaución y llegamos a un punto donde se puede superar con facilidad el curso de agua y buscamos el camino que habíamos intuido desde el otro lado.

Afrontamos ahora una fuerte rampa de ascenso. Si nos damos la vuelta vemos el pico Mencilla e incluso la granja del antiguo pueblo de Ahedillo. Al final de la rampa el sendero se difumina bastante. Con un poco de atención vemos que el sendero continúa girando bastante hacia la derecha, casi por el borde del bosque de robles. Con un poco de suerte localizaremos unas rodadas que siguen en esta dirección para acabar girando hacia la izquierda buscando el fondo de otro vallejo que recibe el curioso nombre de Arroz Quemado.

Cruzamos el arroyito y vemos de nuevo como al otro lado el camino está más marcado pero nos obliga a un esfuerzo para superar su desnivel. El sendero ahora no se difumina sino que serpentea algo entre escobas y acaba en un camino mucho más marcado. Por el nuevo camino andaremos tan sólo unos 200 metros pues pasado los mismos hemos de buscar un nuevo camino secundario que nace hacia la izquierda. Nada más tomar el mismo podemos tomar una pequeña derivación de ida y vuelta hacia una laguna que es más bien una charca, pero desde la que se tienen buenas vistas de la sierra de la Demanda Burgalesa.

Continuamos por el sendero entre los robles, descendemos un poco y llegamos de nuevo a una opción de derivación de ida y vuelta, esta vez algo más larga, hacia el Castro de Somoro. Merece la pena pues son tan sólo unos minutos y no demasiado desnivel. El castro se identifica por una serie de irregularidades en el terreno, pero lo realmente interesante de este punto son las vistas que se tienen desde el lugar de la sierra de la Demanda, del embalse de Oca y de la ruta que estamos realizando.

Volvemos al último cruce (desde aquí ya vemos Villafranca) y buscamos la continuación del sendero señalado por una estaca. Instantes después nos vemos inmerso en un nuevo rodal de hayas que dan paso paulatinamente a los robles. Siguiendo el sendero más marcado descendemos de forma evidente pero no demasiado brusca. Un tramo después llegamos a un cruce que nos permite llegar con mucha facilidad a la fuente de San Indalecio y el cañón del Oca, pero la dejamos para una entrada diferente (de todas formas a estos puntos se puede realizar una aproximación muy cómodamente con el coche).

Siguiendo el sendero ascendemos un poco entre el cerrado robledal y acabamos llegando al camino marcado que ya encontramos hace un buen rato (en realidad hemos ido paralelos al mismo, pero a unos cientos de metros). Lo seguimos en su descenso e ignoramos los cruces que nos separan de la dirección norte. Salimos a campo abierto, llegamos a una nave de explotación de leña y ya empezamos a ver las casas de Villafranca. Las primeras casa corresponden al barrio de la Revilla. Cuando pisamos asfalto descendemos hacia la derecha hacia el cauce del Oca, río que cruzamos. Poco después tomamos la calle que sigue hacia la derecha y acabamos llegando al borde de la carretera nacional. Ya sólo queda seguirla unos centenares de metros hasta la iglesia, cuya señal característica es un chapitel de aire oriental pero de origen moderno.

Comentarios

A la hora de escribir estas líneas el PR-BU-55, que es el que se corresponde con esta descripción, estaba descatalogado por una deficiente señalización y en general esta ruta tiene cierta fama de ser poco recomendable por la dificil orientación.
Una vez realizada tengo que decir que con el track no tiene ninguna dificultad (salvo quizás al pasar algún cauce con arbustos espinosos) y desde luego la señalización, sin ser suficiente, es mucho más de lo que me esperaba en un principio. En realidad creo que señalizar tramos de monte bajo, sin senderos definidos y con muchos giros es muy difícil.

Por lo demás la ruta es bastante bonita y relativamente cómoda. El desnivel entre el punto más alto y el más bajo no llega a los 300 metros, si bien hay unos cuantos pesados sube-baja.

Descarga esta descripción en pdf

Track de la ruta (pulsa en el círculo verde para más información)



Presentación con imágenes del recorrido:




7 comentarios:

  1. Hola Montacedo, puede que no este del todo bien marcado y se necesite alguna señal en puntos concretos, pero me parece realmente difícil perderse en esa ruta apoco de orientación que se tenga, pero vamos viendo tus fotos y las lineas rojas, es prácticamente imposible, no lo podías haber explicado mejor.
    A pesar de que el embalse de Alba (por cierto se te ha bailado una letra y en lugar de Alba has puesto Alsa, casi al principio) tiene poca agua el campo se le ve muy bonito.

    Un abrazo

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  2. Hola Montacedo:
    Esto si que es dedicación rutera por la completa descripción con detalles de esta ruta. Por cierto, quizás me despisté con lo de Somoro, pues no me refería a ese monte al comentar la Peña del Castillo de ALba que está al lado del "pueblo" por decir algo jeje. Somoro esta al otro de la presa, justo enfrente. Esta tarde pondré la entrada del Castillo aprovechando la coyuntura , y seguro que algún día añadas a esta ruta este lugar, que te va a gustar, si es que no lo conoces , que lo dudo, jeje.
    Una ruta muy interesante con un paisaje precioso.
    Saludotes,

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  3. Hubiera estado bien que destacases que,en lo alto de La Pedraja, se encuentra una de las mayores fosas comunes creadas por los fascistas españoles. Te puedo asegurar que se encuentra bastante bien indicada.

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  4. Algo vi, muy cerca de donde giré, relativa a un monumento homenaje. Bueno, no puedo llegar a todo y en general no voy buscando identificar este tipo de sitios. Hay excelentes webs que ya hablan de ello. De todas maneras para eso están estos comentarios. Gracias por dejar el tuyo.

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  5. Hola Montacedo , la ruta es bastante chula , pero siempre recordare lo bonita que era antes de construir el pantano .Un saludo .

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  6. Gracias por dejar mensajes. Yo estuve una vez pero casi no lo recuerdo.

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