Desde el mismo pueblo de Valdelateja parte un ramal bastante transitado de la ruta del Cañón del Ebro, y que en poco minutos conduce al despoblado de Siero y Castrosiero. El camino es muy agradable.
Apenas quedan restos de lo que fué la antigua población.
En 1900 la localidad contaba todavía con 44 habitantes. Sin embargo ya en los años 30 estaba despoblada, pues un artículo de Eduardo de Ontañón en la revista Estampa lo denomina "el pueblo de los muertos", pues se usaba ya solamente como cementerio de Valdelateja. Las dimensiones de lo que fué su iglesia, cuyos restos han sido consolidados, nos hablan de un pasado de cierto esplendor.
Pero lo que llama la atención de Siero es su peña de forma troncopiramindal que se eleva como vigía de los cañones del Ebro y el Rudrón, y en la que existe una antiquísima ermita.
Lo más característico es esta ventana con arco de herradura que lleva una inscripción:
"FREDENANDUS ET GUTINA. ERA DCCCXX"
"Fernando y Gutina, año 782"
Estos Fernando y Gutina serían segun la tradición los abuelos de nuestro emblemático conde Fernán González, teoría que los historiadores dan por falsa. La ermita presenta una sola nave de planta rectangular y ábside cuadrado. Sus muros son de mampostería y sillarejo y el arco del triunfo insinúa su primitivo trazado en herradura. En la primitiva iglesia aparecieron dos valiosas piezas: el ara del altar y un disco, ambos de piedra, adornados con distintos motivos religiosos, guardados actualmente en el Museo de Burgos.
La ermita lleva la advocación de las Santas Centola y Elena. Según la tradición Centola era una mujer de familia pagana residente en Toledo que abrazó la fe cristiana y para poder practicarla huyó a estas tierras de Burgos recibiendo acogida en casa de la cristiana Elena. Pero la persecución llegó hasta estas tierras y capturada Centola fue presa de horribles tormentos por no renegar de su fé. Centola fue incluso capaz de seguir predicando aún sin lengua, profetizando también el martirio de Elena. Estos hechos habrían acontecido hacia el año 304 de nuestra era.
Construida esta iglesia, aquí fueron depositados los supuestos restos de las mártires. En el siglo XIV los restos fueron trasladados a la catedral de Burgos, pero según se cuenta las cabezas permanecieron aquí. Todo esto son tradiciones sin ninguna base documental.
Lo cierto es que el carácter casi inexpugnable y la situación estratégica de castrosiero propiciaron que desde tiempos prehistóricos distintas gentes y culturas lo eligiesen para instalar en su cima puntos de vigilancia y defensa. Los romanos y sobre todo los visigodos siguieron utilizando la fortaleza natural de Castrosiero para controlar militarmente a los montañeses que vivían al norte del “limes” formado por el río Ebro. Es posible que debido al aislamiento del lugar permaneciese este pequeño núcleo durante la invasión musulmana y de ahí la fundación del templo a finales del siglo VIII.
También desde Castrosiero se controló en siglos posteriores, la intensa actividad repobladora que vivió esta zona del alto Ebro Burgalés. En su inaccesible peñasco estuvo instalado, como así lo atestigua un documento fechado en el año 945, el castillo del importante alfoz altomedieval de Siero. Con el tiempo y al desplazarse las fronteras hacia tierras más meridionales, perdió todo su valor estratégico y político y tuvo que ceder su capitalidad a la cercana localidad de Sedano.
Terminamos con unos breves versos dedicados a Siero por Bonifacio Zamora:
En lo más alto de la cumbre, Siero.
y en torno, un ceñidor de peñascales
que quieren en altura ser iguales.
uno sobre otro colosal rimero
En los años 80 pasaba por aquí para ir a la playa de San Vicente, y siempre veía esa ermita en lo alto, casi inexpugnable. En 2006 decidí subir allí y contemplar las magníficas vistas. Y quién no se resiste a tocar la campana de la ermita tirando de la cuerda...
ResponderEliminarHola Montacedo, no se si todo el que ha pasado pro ahí ha subido hasta la ermita, pero desde luego seguro que se la ha quedado mirando desde abajo.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Montacedo:
ResponderEliminarPues mira que de las pocas veces que he pasado por ahí, no imaginaba que ese alto cerro en forma de pirámide tuviese el interés y la curiosidad que has hecho me crezca por momentos.
Me lo guardo en la agenda.
Precioso lugar.
Un cordial saludo,
Gracias por dejar comentarios.
ResponderEliminarYo conocia el paraje ya que mi madre es del cercano Valdeajos y he subido varias veces. Hace unos años estaba en peores condiciones, se ha puesto en valor lo cual es de agradecer.
ResponderEliminargracias por dejar unas palabras, hacía tiempo.
ResponderEliminarViajo desde niño por esta carretera para llegar a Miengo, en Cantabria. Aún hoy uso este camino, se que es más largo y más difícil, pero ¿cómo sustraerse a transitar unos parajes tan llenos de pureza y misterio?. Observo esa ermita al pasar, a través de la ventanilla, desde muy niño. Siempre me he dicho he habría de visitarla, tarde o temprano... tras leer tu entrada, pienso que será mas temprano que tarde. Será un agridulce aventurilla. Tantos años habitando en mi imaginario. Cuarenta años en mi lado del corazón de "cosas fascinantes por descubrir" . Esa misteriosa ermita, en la que podría habitar un barbudo ermitaño, con el que intercambiar queso por un apice de su sabiduría. O quizá podría ser la capilla extramuros de una pequeña e inexpugnable fortaleza, en la que yo podría haber sido el barbudo ermitaño.
ResponderEliminarGracias por la entrada,
Un saludo.
Gracias por dejar un mensaje
ResponderEliminaryo también llevaba muchos años pasando por la carretera hacia cantabria con mi mujer, y hablamos de subir ahí ya unos 14 años y por fin se ha hacho realidad la visita a la ermita y nos ha gustado bastante la aventurilla.
ResponderEliminarHe vivido muchos años en Valdelateja… no valoramos ni cuidamos suficientemente bien estos pequeños reductos de naturaleza y recuerdos. Esto es lo que da valor a nuestro territorio. Ojalá poder volver a esa paz!
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