Sin ser muy afamadas, las mejor conservadas son las procesiones llevadas a cabo en Melgar de Fernamental y Villasandino, a las que hace referencia el Diario de Burgos de hoy. Ambas presentan ciertas similitudes y se basan en sobrias procesiones de cofradías de hombres vestidos de negro, que se remontan varios siglos en el tiempo, y de gran valor folclórico y etnográfico. Hasta la moderna asociación del folklore a una especie de espectáculo, estas procesiones estaban envueltas en un cierto halo de misterio, que muy bien describía Eduardo de Ontañón en la revista Estampa en los años 30 del siglo pasado. Por supuesto, la actividad de las cofradías no se limita a este día, sino que se extiende a lo largo del año en base a unas reglas celosamente registradas en escritos centenarios. Un documento muy interesante para el que quiera profundizar en el tema es este antiguo artículo de la revista de folklore. También podéis leer este resumen actualizado.
Hasta donde he podido saber, parece que se aún se celebra esta festividad en lugares como Santa María Ribarredonda, Canicosa de la Sierra, Quintanar de la Sierra, Adrada de Haza y Caleruega, en la mayoría de los cuales se conserva la cofradía bajo el patronazgo de San Sebastián.
Caso aparte por lo original es el de Cabañes de Esgueva, pues se procede a la quema de la tradicional hoguera de San Sebastián. Los actos en honor de este mártir romano comienzan por la mañana con la procesión del Santo y la bendición del enebro, que servirá de centro a la gran fogata y del vino que se repartirá por parte del Ayuntamiento entre todos los que asistan a la quema de la hoguera.
No es muy conocido el origen de esta tradición ni los motivos de la misma, pero los naturales de esta localidad afirman que se empezó a celebrar hace muchos años -sin concretar- con motivo de una fuerte epidemia de peste que sufrió el pueblo. Esto obligó a encender una hoguera para quemar los enseres, ropas y pertenencias infectadas para evitar que se propagara el contagio... De aquel acto arrancó una costumbre que se sigue realizando en la actualidad y en Cabañes se tiene la convicción y así la practican de que para salvarse y librarse de la enfermedad cada uno de los asistentes tiene que arrojar por lo menos una rama al fuego.
Se desconoce la vinculación de la hoguera con la fiesta de San Sebastián. Pudo ser una coincidencia simplemente, pero lo más probable es que se hiciera en esa noche para pedir la protección de este Santo a quien el pueblo cristiano invoca como patrono contra la peste.
Llama la atención la gran popularidad que en nuestros pueblos han gozado por una parte San Sebastián, cuya fiesta tiene lugar el 20 de enero y por otra San Antón, cuya fiesta es el 17 del mismo mes. Siendo estas fechas propicias para fríos extremos en la provincia de Burgos, asombra mucho más la devoción y las muestras de ella que encontramos en numerosos pueblos hacia estos santos.
Hola Montacedo:
ResponderEliminarTambién se celebra San Sebastián en Frías, jeje.
Saludos,
Hola Montacedo, ya ves en Burgos tentamos al frío celebrando fiestas en enero, jejejeje. Lo que no sabia es que se celebrara en tantos lugares.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola a los dos. Además de Frías seguro que me he colado alguno más
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