Interesante ruta que combina las mejores vistas sobre el valle de Valdivielso y el desfiladero de los Hocinos, con el recorrido por los pueblos más conocidos del valle. Por el trazado y longitud implica cierta dureza y los continuos cambios de dirección pueden llevar a cierta confusión.
Dificultad: Media/Alta. Debido al desnivel, pero especialmente a la distancia.
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Media. Hay algunas zonas complejas.
Belleza: Alta
Tiempo: 5 horas y media (18,5 kilómetros). Si decidimos pasear por los pueblos el tiempo se alarga.
Acceso.
Desde Burgos seguimos la C-629 en dirección a Villarcayo. Justo al finalizar el descenso del puerto de la Mazorra nos encontramos con las casas del Barrio Grande de Valdenoceda, en donde dejamos nuestro vehículo
Puntos de interés.
Vistas sobre el valle de Valdivielso, en especial desde los restos de San Cristóbal. Vistas sobre el desfiladero de los Hocinos. Bosques mixtos. Entorno del Puente del Aire. Pueblos de Puente-Arenas, el Almiñé, Quintana de Valdivielso y Valdenoceda.
Descripción.
El barrio Grande de Valdenoceda es poco conocido pero conserva un entramado urbano de cierto interés. Buscamos un puente de factura neoclásica que nos sirve para pasar por debajo de la carretera y tomamos un camino que empieza a ascender por el barranco de las Hoces. Ganamos altura con facilidad ignorando un primer camino que desciende a la derecha.
Al cabo de un kilómetro el camino gira a la derecha abandonando la parte más empinada del barranco. 300 metros después el camino empieza a descender y justo en este punto lo abandonamos para buscar un sendero que asciende por la ladera. Aunque un poco borroso al principio, al poco se muestra muy claro y lo seguimos en un largo ascenso con varias revueltas de 180 grados. En el kilómetro 3 llegamos al punto más alto, a nada menos que 1070 metros y con un desnivel superado superior a los 400.
Estamos en un saliente rocoso que se eleva unos metros sobre la planicie por la que continúa el recorrido, unos metros a nuestra izquierda aparece una especie de cercado de piedras que en realidad es lo último que queda de la antigua ermita de San Cristóbal. No podremos dejar de pensar qué razón llevó a edificar una ermita en un lugar sólo apto para las águilas.
Siguiendo las estacas de continuación del recorrido descendemos unos metros hacia una especie de planicie despejada, en dirección contraria al valle de valdivielso. Unos 300 metros después se llega a un nuevo saliente rocoso y las estacas nos indican que giremos hacia la derecha, en dirección a un aerogenerador que se ve en la loma del fondo. Continuamos así otros 500 metros hasta toparnos con un camino en el que únicamente se marcan las roderas de los vehículos. Tomamos este hacia la derecha de modo que nos volvemos a aproximar al Valle de Valdivielso y los Hocinos.
El nuevo camino discurre en dirección NE durante un kilómetro, hasta que en las proximidades de unos postes eléctricos desaparece. Aquí giramos hacia la derecha siguiendo las indicaciones del sendero de pequeño recorrido, primero hacia el SE y luego hacia el E en busca de un nuevo barranco que desciende directamente hacia los Hocinos. En esta nueva canal empezamos por el lado orientado al norte, pero cambiamos de vertiente justo cuando el sendero se empieza definir algo más y junto a una fuente que estará seca casi todo el año. Ignoramos una opción para descender y nos cruzamos con otra senda que asciende desde la parte baja y por la cual ascendemos. Podríamos tomarla hacia abajo y la ruta se reduciría unos 3 kilómetros.
Ascendemos por un curioso tramo por la roca desnuda. Al final del mismo continuamos sin cambiar de dirección unos 200 metros y siguiendo las indicaciones giramos a la derecha, todo ello por un cerrado bosque de carrasca. 900 metros después del último giro llegamos a un punto en el que se intuye un sendero que desciende entre encinas de mayor tamaño. Descendemos unos metros por este sendero y llegamos inmediatamente a un mirador natural que cae a pico sobre la parte norte del cañón de los Hocinos, con el Ebro 250 metros más abajo. Justo aquí se ha aprovechado una oquedad para ubicar un sorprendente aprisco (por el emplazamiento).
Volvemos a subir esos metros y continuamos por el sendero, cada vez más marcado, que gira paulatinamente hacia la derecha para volver al barranco. El sendero acabará volviendo a la vertiente húmeda de esta canal, en donde encontramos incluso algunas hayas, al punto en el que la senda se convierte en un camino más marcado. Lamentablemente el camino se ha visto convertido en una torrentera con el paso de los años, lo que dificulta un descenso que en caso contrario debería de ser cómodo. En todo caso cubrimos rápidamente el kilómetro y medio que nos separa del fondo del valle.
Encontramos el Ebro junto al llamado “Puente del Aire” y el área de esparcimiento aneja, aunque parece que el nombre más correcto es "Puente Nuevo". Cruzamos el puente, no sin antes echar un vistazo a la vista más típica del desfiladero de los Hocinos, y al otro lado localizamos un camino junto a una antigua ermita en ruinas (la ermita de las Ánimas) y que sigue en dirección sur.
El camino sigue al borde del Ebro y deja a un lado otro camino que asciende por la izquierda. Poco después empezamos un suave ascenso. Si nos fijamos en el camino tallado en la roca observaremos algunos tramos empedrados. En realidad este es un tramo del llamado “camino del pescado”, que luego continúa ascendiendo La Mazorra. Llegamos a la altura de la antigua fábrica de Lanas y Penal de Valdenoceda. A nuestras espaldas tenemos unas excelentes vistas del Puente del Aire y Los Hocinos. De frente bellas estampas de Valdenoceda y Quintana de Valdivieso.
En este punto nos alejamos del Ebro caminando junto a campos de cultivo en dirección a Puente Arenas. Rechazamos un par de desvíos antes de llegar a este pueblo, el cual atravesamos por su calle principal. Veremos interesantes edificios entre los que se incluye un gran palacio convertido en establecimiento hostelero.
Llegamos al borde del Ebro y al poco a un puente por el que lo cruzamos. Al otro lado encontramos un camino de frente, que tomamos abandonando la carretera. Nos esperan unos dos kilómetros hasta El Almiñé. Caminamos primero por caminos de concentración entre cultivos, tomando un primer desvío a la derecha y otro a la izquierda.
Llegamos al borde de la carretera principal justo en el punto en el que nace la pista que da servicio a El Almiñé. Alcanzamos el pueblo que también tiene interesantísimos puntos de interés. El más importante es su iglesia románica, una de las más interesantes de la provincia.
Justo debajo de la iglesia encontramos una gran casa-palacio. Seguimos por el no muy definido camino que nace junto a la misma. Este sendero discurre junto a un muro de piedra hasta llegar a una plantación de nogales, que bordeamos. Llegamos a un camino mucho más marcado que tomamos hacia la izquierda pero que abandonamos hacia la derecha unos metros después.
Subimos un poco y aparecen ante nosotros las torres de todos los edificios singulares de Quintana, el primero la torre de Loja, algo separada del pueblo. Llegamos a la localidad y a la vera de la torre de San Martín, un alojamiento hostelero muy bien equipado. Junto a la misma giramos casi 180 grados hacia la izquierda y abandonamos el pueblo junto a un restaurado lavadero.
De frente encontramos una bifurcación tomando la opción izquierda. Unos metros después llegamos a un nuevo cruce tomando el camino de la derecha y un poco después otro de nuevo a la derecha. De esta manera llegaremos al punto desde el que ya se ve el barrio Grande de Valdenoceda. Poco antes de llegar hemos de tomar el camino que por la izquierda lleva al caserío. Una vez en el mismo sólo hemos de recorrer sus calles hasta el lugar donde dejamos el vehículo.
Comentarios
La ruta descrita se corresponde el sendero de pequeño recorrido PR-BU-186, incluido dentro de la red de senderos de la Merindad de Valdivielso, con una pequeña variante, pues el sendero propiamente dicho comienza y termina junto a la iglesia románica y torre de Valdenoceda, a unos 500 metros del Barrio Grande. Escogí esta opción para recortar un poco el trayecto, pero merece la pena ver estas dos construcciones.
Aunque la señalización es buena, la cantidad de cruces y cambios de dirección, y los tramos sin sendero definido, hacen que seguir el recorrido sea algo complejo, salvo que se disponga de GPS y track. Este aspecto dependerá también de cómo se mantenga la señalización y el sendero en el futuro.
La ruta es algo larga y hay un fuerte desnivel, pero tampoco es especialmente dura. La época recomendable es el principio de la primavera. Disponemos de fuentes en los pueblos. Todos ellos son de gran interés, tal cual podemos conocer en otras entradas de este blog.
Track de la ruta (pulsa en el círculo verde para más información)
Track de la ruta (pulsa en el círculo verde para más información)
Vídeo con imágenes del recorrido (grabado en sentido inverso al aquí descrito)
Buff, solo de pensarlo me entran sudores, pero claro, la recompensa de ver tantos lugares interesantes es un estímulo para los amantes de estas rutas senderistas que con tanta dedicación y precisión nos muestras.
ResponderEliminarUn cordial saludo,
Hola Montacedo, una interesante e ilustrativa ruta circular, tanto de paisaje como de arquitectura en los pueblos.
ResponderEliminarLo tendré en cuenta para la primavera.
Un abrazo
Hemos realizado parte de la ruta el 18Marzode 2012. Nos granizo e hizo solazo en el mismo día
ResponderEliminarNos hemos saltado la parte del Almiñe y Quintana por falta de tiempo, hemos enlazada por la carretera, que NO es una buena idea.
Tardamos un poco más de 5:30 horas con paradas para fotos, tentempie y bocatas.
Incluyo una foto de un detalle de una Primula
https://picasaweb.google.com/107083149857918393555/18MARValdenocedaHocinos#5721373502346267778
Gracias por dejar registro de vuestra experiencia. Espero que os sirviesen las explicaciones.
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