Pues continuamos nuestro recorrido por la falda norte de la demanda burgalesa para hacer una nueva parada en el pueblo de Villamudria, al que no iba desde los tiempos en los que hice una ruta de senderismo por la zona.
Las casas están más recuperadas y conservan ese peculiar entramado de madera, pero en cierto modo se ha perdido el encanto del lugar (igual es porque entonces yo era más joven y más idealista).
Pero el verdadero objetivo era acercarse al roble Escarcio, otro más de los recogidos en el listado de árboles protegidos por la Junta de Castilla y León.
Su localización es sencilla. Cuando llegamos al pueblo nos encontramos con una pequeña hilera de casas de frente, en donde dejamos el coche. La bordeamos por su lado izquierdo y tomamos el primer camino que sigue en la misma dirección que traía la carretera. Como a unos quinientos metros se observa una placinie desprovista de arbolado y el árbol en cuestión. Para llegar a la misma simplemente deberemos tomar el camino derecho en la única bifurcación que nos encontramos (aquí la foto georeferenciada en panoramio para ponerlo más fácil).
Y a medida que nos acercamos al árbol, además de admirar su tamaño, nos preguntaremos porqué no ha sido talado (ni siquiera podado) y se ha quedado aislado en su entorno. De hecho es bastante probable que esta planicie se cultivase hasta hace relativamente poco.
Tampoco Cesar Javier Palacios, en su libro "Árboles singulares de Burgos", supo recoger la razón de la peculiaridad del árbol. Evidentemente en las décadas del siglo XX el árbol ha sido querido y conocido por todos los vecinos, su sombra utilizada en verano y sus gruesas bellotas recogidas. Se cuenta que su hueco tronco era utilizado por los pastores para refugio y chimenea, lo que no es muy alentador.
El árbol, Quercus pyrenaica, tiene 7 metros de perímetro nominal y una edad esimada de 600 años. Aquí salgo yo en la foto pero sin trípode no pude hacer mucho.
Aquí se ve el pueblo que parece casi a la sombra del árbol.
Por cierto, el árbol aparece en la publicación sobre árboles Singulares de Castilla y León que se puede adquirir por el precio de 1 euro este finde semana junto con el diario El Mundo. Está escrita por César Herranz, persona con la que ya había podido contactar con anterioridad con ocasión de esta afición común.
Gracias por dar a conocer la maravillosas tierras de Burgos, es deprimente ver como el patrimonio se deteriora.
ResponderEliminarPor si es de tu interes te envio mi blog sobre la trashumancia
http://teson-ilustrados.blogspot.com/
Gracias por el comentario y el enlace. Le echaremos un vistazo.
ResponderEliminarSi hay algo que cuidar es la naturaleza, pues es el más hermoso paisaje y es natural ¡que viva, la gente que lo entiende!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola a todos, es milagroso que este majestuoso árbol, especie melojo quercus pirenaica, allá sobrevivido nada menos que 600 años largos años, en una península ibérica muy deforestada. Ojala allá un cambio de educación y podamos ver mas grandes arboles en el futuro en el campo. Lo cierto es que la mayoría de la gente no aprecia un árbol por el mero echo de que este ay, y es por que no nos an educado o enseñado eso. Espero que allá un cambio de mentalidad hacia la conservación de la naturaleza en general, y nos olvidemos un poco de lo que nos inculca el sistema, obtener dinero y materialismo a toda costa. Sin mas, espero que mi comentario sirva para actuar en positivo, gracias a todos por vuestra atención.
ResponderEliminarGracias por comentar
ResponderEliminarMe siento un afortunado por haber llegado caminando, como debe ser, desde Villafranca hasta Villamudria. Y haberlo hecho a tiempo aún para conocer y disfrutar este hermoso roble, antiguo y noble, antes de que caiga abatido por el tiempo implacable que nada perdona.
ResponderEliminarUn saludo para todos los que sentimos con pasión la bendición de esta Naturaleza que todavía nos regala rincones excepcionales como éste.