He admitido varias veces que tengo una deuda pendiente con el tercio suroccidental de la provincia, que por diversas razones apenas he tocado en este blog. En las próximas entradas intentaré solventar, siquiera de forma muy limitada, esta falta.
Guiado por mi espítitu estructurado, me voy al punto más suroriental de la provincia, el municipio de La Vid y Barrios, para mostraros esta cómoda y bonita ruta de senderismo.
Este fácil sendero nos permite aproximarnos al límite oriental del discurrir del Río Duero por nuestra provincia, así como a los bosques de sabinas que cubren su ladera sur. Discurre por tanto por la zona más sur oriental de la provincia, internándose por momentos en el territorio soriano. Completan la ruta el arte y la historia del monasterio de la Vid y la leyenda asociada al interesante paraje de la ermita de la Virgen del Monte.
Dificultad: Baja
Orientación: fácil
Belleza: Normal
Tiempo: 4 horas (15,5 kilómetros)
Situación.
Hay que salir de Burgos por la A-1 en dirección sur hasta Aranda de Duero. Desde aquí buscamos los cruces que nos encaminen a Soria por la N-122. Unos 20 kilómetros más adelante, y ya cerca del límite con la provincia de Soria, tomamos el desvío hacia la localidad de la Vid.
Puntos de Interés
Monasterio de la Vid (que merece visita aparte). Vega del Duero. Chimeneas de las Hadas. Bosques de Sabinas. Viñedos. Paraje de la ermita de la Virgen del Monte.
Descripción de la Ruta
Dejamos el vehículo en el propio aparcamiento del monasterio de La Vid, y buscaremos el cartel anunciador que se encuentra al exterior, por su parte derecha.
Caminamos a lo largo de la valla del monasterio, que al ser baja nos permite apreciar el edificio y las huertas circundantes. A la derecha observamos las tierras de labor y en segundo plano la ladera boscosa. Coincide nuestro recorrido en ciertos tramos con el GR-14, Sendero del Duero.
Al poco pasamos al lado de sendos árboles de buen porte, una sabina y una encina y llegamos al entorno de lo que parece ser una antigua central hidroeléctrica, junto a un pequeño área recreativa (kilómetro 1,5).
Enseguida llegamos a una bifurcación en la que tomamos la opción de la derecha y nos empezamos a aproximar al bosque. Aquí las sabinas juegan el papel predominante, aunque también hay encinas y enebros de la miera, entre otros. Al otro lado del río encontramos la localidad de Zuzones, que tiene la peculiaridad de ser la última en el listado alfabético, no sólo de Burgos, sino también de España.
A los 2,5 kilómetros, rodeados de árboles, nos encontramos con el camino por el que se llevará a cabo el regreso; ahora seguimos por la izquierda. Volvemos a salir a zona abierta y empezamos a ver a lo lejos algunos picos de roca que en realidad son chimeneas de hadas. Este fenómeno se produce en áreas con fuerte erosión, en donde el desgaste se ve detenido en algunos puntos donde existe una roca más resistente, que permanece junto con la columna de material que se encuentra por debajo.
A los 4,5 kilómetros, poco después de dejar atrás las primeras chimeneas de hadas, localizamos un camino que se dirige directamente hacia el monte. Desde aquí nos espera una ascensión relativamente exigente, aunque asumible, de aproximadamente un kilómetro de longitud, entre sabinas y encinas.
Tras este escollo llegamos a una zona bastante llana en donde aparecen algunas tierras de labor. Rechazamos un primer cruce a la derecha y tomamos el segundo, a los 7,5 kilómetros.
Nos hemos incorporado a un camino más ancho que al cabo de aproximadamente un kilómetro nos conduce a un paisaje más abierto cubierto de viñedos, ya en territorio soriano.
A los 10 kilómetros tomamos el cruce a la derecha que en unos centenares de metros nos lleva a la zona alta del paraje de la Ermita Rupestre de la Virgen del Monte. Desde aquí tenemos unas buenas vistas de un nuevo vallejo boscoso.
Descendemos unas escaleras que conducen a la ermita propiamente dicha, sin gran valor artístico pero sí cultural, pues es creencia popular que en este lugar se desarrolló el pasaje de la afrenta de Corpes, narrado en el Cantar del Mío Cid (aquí podéis repasar este pasaje). La fuente que mana a escasos metros de la ermita podría corresponderse a la citada en el Cantar del Cid: “Falaron un vergel con una limpia fuent”. Aún se celebra cada año una romería en este lugar. La ermita está en la mojonera provincial, y por lo que parece es objeto de cierta disputa.
Tras un primer tramo de descenso vertiginoso la pendiente se suaviza y el sendero sigue trascurriendo por el bello sabinar. A los 12 kilómetros llegamos a un cruce en el que hemos de tomar el camino de la izquierda y poco después llegamos a la bifurcación a la que hicimos mención en la primera parte del recorrido. Desde aquí no queda sino desandar los 3 kilómetros que nos separan de La Vid.
Comentarios
La ruta descrita se corresponde con el sendero de pequeño recorrido PR-C- BU-80, creado por la asociación de la Ribera del Duero Burgalesa (
ver esta web).
Ruta sencilla recomendable para periodo primaveral u otoñal. Es ciclable aunque en algunos tramos deberemos echar pié a tierra. La señalización es correcta aunque hay algún cruce confuso.
No debemos desaprovechar la ocasión para visitar el monasterio de la Vid. Los horarios en el momento de escribir esta crónica son cada hora, empezando a las 10:30.