Páginas

martes, 21 de septiembre de 2010

Lara de los Infantes, lugar milenario

Entre unas cosas y otras, y como era de esperar, sólo he podido sacar una jornada parcial para aprovecharme de los programas de apertura de monumentos que se nos ofrecen durante el verano. Al menos me parece que salió bastante productiva, como podreis opinar de los próximas entradas.
 
Inicié mi periplo en el milenario lugar de Lara de los Infantes, de simbolismo harto elocuente: los pueblos preromanos habitaron en lo más alto del castro, una reseñable ciudad romana existió en la localidad, a escasos centenares de metros se erigió el semilegendario castillo de Lara (del mismo hemos hablado en un articulo bastante mas reciente).
 
Como no era cuestión de desaprovechar el tiempo, nos limitamos a visitar el propio pueblo, y por comenzar con algo os hablaré de los restos romanos, de los que destacan gran número de estelas romanas, que se pueden contemplar en el Museo de Burgos.

Pero aún se pueden contemplar los restos de esta época en el pueblo. El más elocuente es la fuente que se encuentra en la parte baja del pueblo, que es una de las pocas que probablemente merezca el apelativo de "romana" de todas las que así se apellidan en la provincia.


Y con un poco de atención veremos aquí y allá, insertas en los muros de las casas, restos de otras estelas. Donde más en la antigua fragua del pueblo.




Cuentan los lugareños que buena parte de esta fragua se construyó con los restos de la antiquísima y ya perdida ermita de San Julián. En los primeros decenios del siglo pasado aún quedaban bastantes restos tal como se aprecia en la siguiente foto.



Además se pudo recuperar la lápida fundacional que se retrotrae nada menos que al año 862 y se conserva también en el museo de Burgos.

Es bastante plausible que la antigua ciudad romana, fundada como consecuencia del descenso al llano del pueblo turmogo que habitaba en lo alto de la peña, mantuviera su actividad durante el periodo visigodo (no debemos olvidar que estamos a escasos kilómetros de Quintanilla de las Viñas) y su recuerdo perviviera durante la larga época de exilio (siglo y medio) en las tierras del norte.

Tanta debía ser la preponderancia del lugar que recién recuperado el territorio los prohombres del lugar se apresuraron a fundar este templo (y lógicamente recuperar la ciudad) que pronto se convertiría en la sede señorial más importante de alta edad media. El lugar recibiría luego el apellido de aquellos legendarios infantes, nacidos de esta tierra, que recogen las crónicas medievales.

Por otro lado, y esto ya es cosecha mía, la presencia en los muros de la fragua de un escudo de los Reyes Católicos y varios tambores cilíndricos me hace pensar si no tendrán parte de los restos otro origen; como pudiera ser una picota cuyos restos aún se encuentran en la era anexa a la parroquial.


Pero, vayamos precisamente al motivo inicial de la visita al lugar; que no era otro que la contemplación de la iglesia de la Natividad. Lo primero que llama la atención son los restos de una antigua galería porticada, hoy tapiados.


Al interior vemos que este espacio no forma parte, como es habitual, de una ampliación del templo, si no que sigue existiendo un espacio intermedio hoy carente de techumbre. También podremos apreciar un hecho bastante original: que la galería porticada recorría no sólo el muro sur, sino también el oeste.


Al parecer el lugar fue adaptado posteriormente como "troje" o almacén de alimentos, e incluso como vivienda auxiliar, durante mucho tiempo. De hecho tal vez se remonte al periodo en que el templo formaba parte de un antiguo monasterio.
 
Por lo demás, la portada, ya protogótica, muestra influencias silenses en un perfil maltratado por la cal.

El interior del templo muestra un aspecto más desolador. Las paredes necesitan una intervención de mejora y los retablos llaman más la antención por el número de figuras desaparecidas que por su belleza (algunas piezas fueron recuperadas de robo, pero nunca regresaron al pueblo). Al parecer está en proyecto una acción en este templo que, no olvidemos, no deja de ser Bien de Interés Cultural.




6 comentarios:

  1. Montacedo, después de leer tu entrada me estan dando ganas de acercarme por las tierras de Lara y seguir tus pasos.

    Un abrazo
    el lio de Abi

    ResponderEliminar
  2. Hola Montacedo. Estupendo Blog. Solo añadir un detalle,En la foto de la fragua comunal, los tambores de columnas e inscripciones latinas que aparecen, corresponden a restos del antiguo rollo o picota medieval. Un saludo, Francisco Heras

    ResponderEliminar
  3. Gracias. Ya suponía que los tambores de columna eran posteriores, pero tenía la esperanza de que las inscripciones latinas fueran anteriores, gracias por el dato.

    ResponderEliminar
  4. Es una maravilla la iglesia, pon fotos para que se vea lo grande que es y el impresionante campanario.
    La visión de las ruinas en la montaña de los castillos, son magníficas al atardecer.

    ResponderEliminar
  5. Tengo pendiente una visita al lugar para renovar fotos.

    ResponderEliminar
  6. En mi modesta opinión los restos que existen en la fragua tienen todo el aspecto de ser de una picota,

    ResponderEliminar

Deja aquí tu comentario