No todos los pueblos deshabitados se encuentran alejados de la capital. La aldea sobre la que escribo hoy se encuentra a menos de 30 kilómetros de Burgos, lo que no fue suficiente como para evitar su abandono.
Cobos junto a la Molina desde las ruinas de la ermita de Ntra. Sra. de Los Ángeles.
El peculiar e informativo nombre de Cobos junto a la Molina indica bien a las claras donde se ubica el lugar, a escasos 3 kilómetros al norte del pequeño pero dinámico pueblo de La Molina de Ubierna. El acceso se puede realizar bien desde este último pueblo, siguiendo un camino que surge a la izquierda de la loma donde se encuentra la iglesia de San Román (que está siendo reconstruida por los vecinos), bien desde el camino de acceso directo desde la C-629 poco antes de llegar a la localidad de Hontomín.
Cualquiera de los dos caminos se encuentra en regular estado y, aunque pueden ser recorridos con un turismo estándar, deberemos asumir los "golpecitos" de las piedras y un lavado posterior. Lo cierto es que la ausencia de una carretera contribuye sobremanera a acrecentar la sensación de olvido.
En todo caso, y especialmente si escogemos la segunda opción, podremos ver como el pueblo se situa en los límites del área conocida como "Las Torcas", compuesto por una serie de lomas muy erosionadas que configuran un peculiar paisaje semidesértico. De cualquier forma, y ya en las proximidades del pueblo, tendremos la grata sorpresa del desarrollo del estrato boscoso, compuesto especialmente de quejigos.
El pueblo se encuentra en un pequeño vallejo relativamente fértil y está conformado básicamente por una única calle, a lo largo de la cual vemos ejemplos tanto de casas restauradas o al menos mantenidas, con otras que ya han colapsado. La construcción, adaptada a los recursos de la zona, se compone tanto de adobe y mampostería como de sillarejo. En todo caso, pese a que lo visité en pleno verano, no encontré ningún vecino. Lo que si que encontré al menos fueron los típicos contenedores para la recogida selectiva de basuras, un pequeño signo de vida.
Desde el pueblo se pueden observar en una loma cercana, a algo más de un kilómetro, los restos de la ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, lugar donde peregrinaban los vecinos cada año a principios de Agosto. Si nos acercamos hasta la misma no haremos sino constatar su estado de ruina, en el que sólo los grandes muros siguen aguantando.
Tal vez la principal sorpresa de la visita sea el hecho de que el trazado del Santander-Mediterráneo pase junto al pueblo y que, pese a ello, no se le habilitase ningún apeadero y debieran despazarse hasta Lermilla, a unos cuatro kilómetros, para poder subirse al tren. Desde luego no es esta la única de las cosas inexplicables respecto a este ferrocarril.
Nos cuenta Elías Rubio que incluso hasta principios de los años 90 se mantuvo población de manera intermitente, y que ello ha permitido que se mantenga cierto nexo familiar con el pueblo, de modo que las personas que han recompuesto algunos edificios son los propios vecinos emigrados o sus descendientes. De hecho, según cifras del INE del 2008, aún hay 11 habitantes empadronados. Tal vez la construcción de una carretera pudiese consolidar definitivamente la permanencia del lugar.
Interesante artículo. Es la primera vez que entro por este blog pero no será la última.
ResponderEliminarEnhorabuena
Gracias por el comentario
ResponderEliminarhace unos años visite este pueblo, en aquella ocasión había bastante gente muchos de ellos cazadores, un articulo muy interesante!!
ResponderEliminarGracias por el comentario. Sí, cuando ya me iba pude ver un precioso corzo, aunque afortunadamente esto no es extraño en muchas zonas.
ResponderEliminargracias vete a ver el pueblo seguro que no te parece el mismo
ResponderEliminar¿alguien tiene el track de la nueva ruta que se ha marcado cerca de este pueblo con maderos con señales blancas y amarillas y sube al otero que se encuentra al Este de dicho pueblo? mandar mensaje a felipesufer@hotmail.com
ResponderEliminarBuenos días,
ResponderEliminaraunque ya he visto que la información es de hace unos años, comunicar que el pueblo no esta abandonado.
Aunque si he de reconocer que es pequeño y por eso es dificil ver a la gente fuera de los fines de semana.
Un saludo
Si que hay gente, y va todo lo puede, van todos todos los fines de semana y se preocupan un poco del pueblo ya que el Ayto. no pone los medios para poder arreglar el camino la gente de alli vamos mucho menos de lo que nos gustaria. Haber si pensais que la iglesia y demas cosas del pueblo se arreglan solas ya que somos la gente del pueblo quien pone de su bolsillo para arreglarlo.
ResponderEliminarGracias
Estoy buscando piedra para comprar y hacerme una casita. Si algún vecino vende me gustaría tener su contacto
EliminarGracias por comentar y por seguir apostando por vuestro pueblo pese a lo poco que se os apoya.
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