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miércoles, 16 de mayo de 2018

El carboneo tradicional en Retuerta


Antiguamente el carboneo para la preparación de carbón vegetal era una actividad bastante extendida tanto en la zona norte como en la zona sur provincial. En este blog hemos dedicado sendos artículos al último carbonero de Merindades y al carboneo en Quintanalara.


Que yo sepa, actualmente en la provincia de Burgos sólo se sigue fabricando carbón vegetal en Quintanalara y Retuerta, siendo la de este último pueblo la localidad de mayor producción. De hecho son varias las carboneras que pueden verse a lo largo del mes de mayo en el pueblo, algunas de tamaño considerable.


La principal razón de que en Retuerta se haya conservado esta tradición creo que radica fundamentalmente en que el monte del cual se aprovecha la leña es una propiedad comunal compartida por Retuerta, Ura y Castroceniza de 1600 hectáreas; denominado monte Majadal, que por la peculiar reglamentación de estos espacios no se puede ni dividir ni vender, y que sólo puede usarse para aprovechamiento maderero.


Hoy en día el monte es administrado por la Junta de Castilla y León. Los vecinos pueden realizar pequeñas cortas por unas cuotas simbólicas, pero aquellos que quieren realizar unas cortas mayores para preparar carbón vegetal deben pagar un precio mayor, que sirve para realizar pequeñas mejoras en el monte y efectuar una compensación a los pueblos propietarios.



Actualmente los productores interaccionan directamente con un intermediario procedente de Burgos. Según parece hasta hace no mucho venía directamente un mayoristas de Baños de rio Tobía, en La Rioja, en donde se usaba el carbón vegetal en industria chacinera; y otro de Villarcayo que lo revendía a asadores del País Vasco. La producción puede estar en el entorno de los 120.000 kilos de leña que se convierten en unos 30000 de carbón vegetal, ya que en el proceso de “cocido” se experimenta una reducción a una cuarta parte.



Durante los últimos años se ha venido celebrando a mediados de mayo una “fiesta del Carboneo” en la localidad; en la que además de actividades paralelas se daban explicaciones a los visitantes sobre estos aspecto y aquellos directamente vinculados con el proceso de carboneo. Por lo que he podido saber este año no se va a celebrar dicha fiesta, aunque los hornos estarán visibles durante las próximas semanas.



Afortunadamente el pasado año pude acudir durante un rato a esta presentación, y allí pude conocer algo de información adicional sobre esta actividad tradicional que tenía sus procesos específicos y aparejados a los mismos un peculiar vocabulario. Por ejemplo pude saber que la pila de leña se compone fundamentalmente de ramas finas poco adecuadas para su quemado directo, conocidas en la zona como "támbaras" o "támaras". 


También aprendí que el horno es cubierto con capas de paja, gavillas de hojarasca y tierra, y que el proceso de cocido viene a durar unas tres semanas. La base de la pila cuenta con una serie de piedras en toda su circunferencia, de modo que puedan quitarse en función del régimen de vientos para producir una mínima aireación en el interior. Como la leña se va consumiendo, es necesario dejar un hueco central a partir de un "castillete" de troncos dispuestos de una determinada forma; para posteriormente "dar de comer" al horno durante la cocción. 

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