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miércoles, 13 de diciembre de 2017

Castrovido

A tiro de piedra de Salas de los Infantes, municipio al que pertenece, se encuentra la localidad de Castrovido. Parece derivar su nombre de un tal Vido o Vito, derivado de un tal don Vidas que colaboró con Gonzalo Gustios en la repoblación de la zona. 

Vista del castillo desde la zona de Peña Rota. En la parte baja la ermita del Carmen.
El elemento más llamativo de Castrovido es sin duda su enhiesto castillo, centenario vigía de toda la comarca. No obstante camino del mismo merece la pena callejear un poco por la localidad, que conserva buen número de interesantes elementos etnográficos de tradición serrana. En todo caso deberemos buscar el bar para que nos presten las llaves de la antigua fortaleza.




Típica chimenea serrana
A media ladera encontramos la ermita de Nuestra Señora del Carmen, antiguamente dedicada a los Santos Justo y Pastor. Se trata de un aparentemente común edificio en el que sin embargo con un poco de atención podemos observar algunos elementos arcaizantes, como unos canes en forma de modillones, que podrían indicar que aquí hubo un edificio románico o incluso prerrománico. Esta teoría se ve reforzada por la existencia a escasos metros de algunos sepulcros antropomorfos excavados en la roca.



El sendero de ascenso transita por un bosquete de esbeltos robles. En una roca encontramos esculpido un moderno relieve dedicado al fallecido Angel Garcia Sorejo, uno de los fundadores de la Asociación de Amigos del Castillo de Castrovido. Fue esta asociación la que impulsó el proyecto de restauración de la torre, que empezado el siglo amenazaba caer en una ruina definitiva.


La intervención, no exenta de cierta polémica, se realizó con hormigón, vidrio y acero. El objeto fue coser e integrar los muros existentes en una estructura que ofreciera una idea de cómo pudo ser el edificio original. También se recuperó la puerta de acceso original y se realizó un cierre que permitiera cierto uso del espacio interior. Se ejecutó en el año 2005.


La torre como tal es prácticamente cuadrada. Los materiales son más bien de baja calidad. De hecho el expolio de los mejores sillares esquineros fue probablemente la causa de la llegada a una situación crítica para el monumento.




Los vanos son muy escasos, aunque una ventana de cierto tamaño abierta al sur parece ser indicio de una reforma tardía del edificio, que originalmente pudo edificarse a caballo de los siglos XIV y XV. Como por esa época el pueblo estaba en la órbita de la familia de los Velasco, es más que probable que fuera esa estirpe la que erigiese el castillo.


Los análisis realizados parecen corroborar que la fortaleza original ocupaba todo el cerro, extendiéndose al menos unos veinte metros hacia los lados NO y SE. Hacia este lateral encontramos una enigmática pileta circular labrada en la roca, de desconocida adscripción para el autor de este blog.



Existen indicios de que este cerro fue ocupado como elementos defensivo desde la antigüedad. Pudo establecerse aquí una torre en época romana para controlar una cercana vía. Muchos siglos más tarde se erigió aquí un primera torre altomedieval, en el proceso de avance hacia el Duero a finales del siglo IX. Sufrirían los defensores de esta torre el paso de una de las razzias de Almanzor, de la que consiguieron salir con cierta holgura.



Como en la mayor parte de los castillos de nuestra provincia, el castillo de Castrovido dejó de tener utilidad al entrar en la Edad Moderna. Ya desde finales del siglo XVIII los libros reflejan una evidente ruina que afortunadamente no ha llegado a ser total. 

Las vistas desde lo alto son excelentes. Hacia el norte se observan las boscosas laderas de la sierra de Neila. En primer plano las instalaciones de la obra de la presa de Castrovido.

Más información en la excelente página Castillos del Olvido. 

1 comentario:

  1. ¿Pero todavia andan asi con la presa? eso va a parecer las obras del Escorial.
    Curioso el acondicionamiento del castillo

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