En el minúsculo pueblecito de Miñón, en el valle de Santibáñez, se encuentra la iglesia parroquial de San Pedro. Llaman la atención los restos procedentes del periodo románico; que se concentran en los canecillos del ábside y, sobre todo, en la portada.
Tiene aspecto algo extraño, no sólo por un “embutido” parcial en un contrafuerte posterior, sino por su configuración de arco parcialmente apuntado que fuerza un tanto la composición general. Data de finales del siglo XII o principios del XIII, y está sin duda entre las más interesantes del románico burgalés.
La primera arquivolta es quizá la más llamativa. Está compuesta de doce medallones que representan supuestamente los doce signos del zodiaco. No obstante, no se puede establecer una relación unívoca entre todas las figuras y los símbolos astrológicos. Tal vez estén inspirados en miniaturas de códices. Presenta en este sentido evidentes similitudes con las portadas de Soto de Bureba y Almendres, aunque afortunadamente se encuentra en mejores condiciones de conservación.
No tan llamativa, en principio, es la tercera arquivolta; pero si nos fijamos un poco descubriremos su delicada talla, en donde abundan los personajes tocando instrumentos, así como otros de interpretación más confusa. Nota común es la macrocefalia (“cabezón”) que muestran todas las figuras.
A la composición se suman otras dos arquivoltas más sencillas, con motivos geométricos, los capiteles y columnillas, desaparecidos o muy deteriorados, y el tejaroz superior. Según la Enciclopedia del Románico, parece tratarse de una obra muy local ya que el tipo de trabajo no encuentra similitudes en otros templos cercanos.
El templo fue restaurado en 2003 con fondos de la Fundación del Patrimonio Histórico. Para el que quiera entrar en más profundidad en el análisis e interpretación de esta portada; existen abundantes recursos en internet al respecto.
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