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miércoles, 22 de marzo de 2017

Torreón de Fernán González en Covarrubias

Hace ya cerca de tres años publicábamos en este blog los correspondientes artículos dedicados a la milenaria villa de Covarrubias. Nos centramos hoy en este torreón altomedieval, aprovechando la visita a su interior que pude realizar hace unos meses. Este edificio, imagen característica de la localidad, merece capítulo aparte debido a su excelente estado de conservación pese a los mil años largos transcurridos desde su construcción.
Plano de los distintos espacios del recinto

Pese a su nombre, existen dudas de si el promotor de la obra fue Fernán González, dentro de la red de fortificaciones de frontera, o más bien su hijo, Garci Fernández, impulsor de la villa e infantado de Covarrubias, en la segunda mitad del siglo X. También recibe el nombre de doña Urraca, porque según la tradición allí murió emparedada una condesa de tal nombre por negarse a casarse con el rey de León. La historia nos dice que en realidad esta Urraca sí quiso casarse con el rey, y que incluso ya viuda volvió a contraer matrimonio. Está enterrada en la cercana colegiata. 

El torreón tiene una altura de 22 metros. Su base rectangular tiene 19 por 14 metros de lado y está formado por grandes piedras sin labrar que proceden, en buena parte, de una fortificación anterior probablemente romana. Al ganar altura la torre se va estrechando hasta adquirir el característico perfil troncopiramidal de las construcciones defensivas mozárabes.

El acceso original se realizaba mediante escalera o patín móvil, que una vez retirado convertía la torre en prácticamente inexpugnable.
En realidad el torreón forma parte de una finca privada protegida de una muralla en la que se encontraba el antiguo palacio abacial de Covarrubias. En un documento de 1371 se señalaba que todo vecino que tuviera bestia debería traer leña a la torre tres veces al año. Por esos mismos años se emplearon más de mil florines de oro en la restauración, que seguramente incluyó los matacanes que actualmente podemos contemplar. 

Vista de la colegiata desde una de las ventanas del torreón
En el siglo XVIII la finca sufrió un importante incendio que acabó con el palacio abacial y también dañó algunas partes de la torre. El tejado se remonta al menos al siglo XIX, siendo imposible determinar cuando perdió las almenas. Ya por dicha época, la propiedad pertenecía a la familia Barbadillo, que acondicionó el recinto hasta dejarlo en un estado similar al actual (también perteneció en su momento a dicha familia  el Palacio de Saldañuela). Los herederos siguen siendo los propietarios de la torre; que es Monumento Histórico desde 1931.

Casa que sustituyó al antiguo palacio y algunas de las armas de asedio de la exposición.
Desde hace unos años se ha venido ofreciendo la posibilidad de visitas al recinto y torreón. Al principio más esporádicas y desde hace unos meses de manera cada vez más estructurada. Es preciso indicar que estas visitas han sido impulsadas por los propietarios por propia iniciativa y sin apoyo ni intervención pública.

Curiosa oquedad a modo de capilla
Durante el recorrido recibiremos diversas explicaciones sobre la torre; como la planta baja que servía de nevero, la entrada a gran altura y que todavía conserva la forma de arco mozárabe, las diversas técnicas pensadas para dificultar el avance en el interior, y las funcionalidades de diversas estancias. Debemos meditar sobre el hecho de que esta robusta construcción y sus piedras que ahora tocamos tienen unos 1150 años de antigüedad, único testimonio de la época de constitución del poderoso infantado de Covarrubias.

Maquetas de armas de asedio, en una de las plantas del torreón
Se complementa la visita con una exposición de armas de asedio de diferentes épocas y lugares. En realidad esto segundo se plantea como el principal atractivo de la misma, aunque para mí resultaba secundario. Los periodos de apertura se corresponden con los fines de semana, salvo en verano, cuando se extienden durante más días, y en invierno, cuando se suspenden. Parece ser que este año 2017 se ha renovado la exposición. Para más información al respecto, consultar https://www.torreondefernangonzalez.es; o bien la correspondiente página de Facebook.

Más información en la completísima y excelente web Castillos del Olvido.

Escalones con diversas alturas para dificultar el avance. Desde el poyete superior un soldado con una maza podía golpear a los asaltantes.

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