Si observamos con atención
un mapa del valle de Mena podremos comprobar cómo su parte central está
salpicada de pequeñas y sucesivas elevaciones. Son el resultado de la ascensión
de materiales duros que produjeron la ruptura de la corteza terrestre y la
formación del diapiro a modo de “volcán” que caracteriza al municipio. Estas
elevaciones, que contribuyen a la gran diversidad botánica que se puede
observar en el valle, tienen su punto culminante en Peña Lastra (719 m); que
además de un bonito mirador alberga en su cara sur un interesante encinar
cantábrico.
Dificultad: Baja
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Fácil
Belleza: normal
Tiempo y distancia: 2 horas y 45 minutos (11 km).
Saldremos de Burgos por la C-629 dirección Villarcayo y
el Crucero. Desde este último lugar continuamos recto, pasando primero a la N-629 y luego a la C-6318 dirección al Valle
de Mena. Una vez en la parte baja del mismo seguimos la carretera hasta su
capital, Villasana. Aparcamos en el entorno de su iglesia.
Puntos de interés
Vistas hacia los montes de la Peña y sierra de Ordunte. Tramos de
encinar Cantábrico.
Descripción de la Ruta
Una
vez aparcado el coche buscamos un cercano puente que cruza el río Cadagua hacia
una pequeña plazoletilla (también podríamos haber aparcado aquí). Hacia el lado
derecho observamos una calle en clara ascensión por la que continuamos.
Terminada la misma, ya a la salida del pueblo, tenemos tres opciones; seguimos
de frente, continuando la ascensión.
Entramos
en una zona de prados por una carreterita que se dirige al barrio de La Mata. A
medida que vamos ganando altura quedan a nuestra espalda mejores vistas de
Villasana, el valle y los Montes de la Peña. Alcanzamos la agrupación de casas
tras algo más de un kilómetro. Aquí tomamos el primer camino que surge hacia la
derecha.
Dejamos
de ascender mientras nos acercamos a una zona algo más boscosa. Tras pasar
junto a un lavadero llegamos a un cruce en el que continuamos recto. Tras superar
una portilla entramos en un sendero encajonado entre prados y podemos
encontrarnos el mismo algo cerrado de vegetación o embarrado, por lo que
podemos optar por ascender por el prado que aparece en el lado izquierdo
durante unos 200 o 300 metros. No obstante en esta ocasión se mostraba
perfectamente practicable.
Terminado
este pequeño tramo de ascensión salimos a una zona algo más abierta junto a un
ejemplar de madroño relativamente robusto (ya hemos comentado en varias
ocasiones que este árbol es muy frecuente en el Valle de Mena). Aquí tenemos
dos opciones: hacia la derecha continúa un camino casi sin pendiente
(volveremos por el mismo) hacia la izquierda encontramos otra opción que
asciende de forma decidida.
Tendremos
dos tramos de fuerte subida con un pequeño descansillo entre los mismos. El
entorno es fundamentalmente de pequeña encinas. Ignoramos cualquier camino
secundario o que implique cesar en el ascenso. Tras los citados tramos la pendiente se hace más moderada y entramos en una zona más sombreada en la que
empiezan a aparecer muchos pies robustos, alguno de más de dos metros de
diámetro. En los mismos observamos algunos rastros de poda y adehesamiento,
aunque actualmente el monte se muestra cerrado apenas nos alejemos del camino.
Vamos
ganando altura sin mayores novedades hasta que enlazamos con un camino más
ancho que viene desde Caniego y que sin duda representa el ascenso más
habitual. Poco más adelante llegamos a una intersección en la que seguimos por
la izquierda, terminando el ascenso tras unos 200 metros adicionales. Alcanzamos
sendas torretas de vigilancia de incendios.
Hacia
el norte tenemos buenas vistas hacia el valle, embalse y montes de Ordunte. De estos últimos podemos
identificar su línea de cumbres, entre ellas Zalama y Balgerri.
Hacia el sur las vistas son más sucias por la presencia del encinar. En
realidad el hito geodésico queda algo más adelante pero decidimos no seguir
hasta el mismo.
Volvemos
sobre nuestros pasos hasta el último cruce, en el cual seguimos recto en lugar
de girar a la derecha. Pronto llegamos a una portilla que hemos de superar. Al
otro lado el encinar es muchos más disperso, con amplio pasto entre las matas.
Ello nos permite observar el ondulado paisaje circundante. Perdemos altura con
rapidez hasta llegar a una nueva portilla. Al otro lado la vegetación a los
lados del camino es más espesa, a modos de muretes de carrasca y madroño.
El
marcado sendero gira hacia la derecha ofreciéndonos vistas hacia los montes de
la Peña con el inconfundible pico del Fraile. Finalmente entramos en una
zona algo más sombreada a la entrada ya del barrio de Maltranilla. Sorprende el
porte de sus escasas construcciones (entre ellas una torre medieval) y la
presencia de grandes tilos y secuoyas
(Valle de Mena es un paraíso para los árboles, a poco que se cuiden). Parece ser que estamos ante los restos de un antiguo señorío con su coto cerrado.
Caminamos
por la pista que da servicio a Maltranilla hasta el comienzo de una zona de
chalets. Justo antes aparece un camino en el lado derecho por el cual dejamos el
asfalto. Empezamos un largo pero llevadero ascenso ignorando cualquier tipo de
desviaciones. Pasados unos cientos de metros el camino toma el aspecto de
cortafuegos, flanqueado en la derecha por un pinar de repoblación. Finalmente
la pendiente cesa y llegamos al cruce junto al madroño. Desde aquí sólo queda
desandar el camino hasta el regreso a Villasana.
Comentarios
Recorrido
senderista muy llevadero. Los senderos y
caminos en el momento de realizar el recorrido (julio de 2016) están
perfectamente practicables. Merece la pena dedicar unos minutos a la visita de
Villasana de Mena.
Track del recorrido (pulsa en el círculo verde para más información).
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Vídeo con imágenes del recorrido
Aunque he estado por esa zona del valle de Mena,no conocia esta ruta que parece bastante interesante y con un arbolado singular.Creo recordar que en otra ocasion nos hablastes sobre el encinar de Caniego como una singularidad de este valle,como siempre una bonita entrada,saludos desde Burgos.
ResponderEliminarGracias por comentar. Sí, este es el encinar de Caniego, que queda un poco hacia el oeste de la ruta. Tal vez hacia esa ladera abunden más los ejemplares robustos, pero me parece que para hacer una ruta circular esta es la mejor opción. Un trazado idéntico al mío salió publicado hace un par de años en "el correo" (vasco). Un saludo.
ResponderEliminarMi mujer ha pasado mucho tiempo en Peña Lastra y yo mismo pues estuvo trabajando de vigilante de incendios alli, muy valiente ella alli solita hasta anochecer
ResponderEliminarGracias por el apunte humano.
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