¿Se esconde la abadía entre encinares,
avergonzada de su actual silencio
o buscando mayores soledades
a su tremenda soledad, sin monjes
que recen, ni campanas que acompañen?
En una apartada, privada y
vigilada propiedad, en la parte inicial de la Tierra de Lara y lejos de miradas
indiscretas, se encuentra una de nuestras más desconocidas joyas románicas: el
templo de la antigua Abadía de San Quirce.
Imagen del templo, con sus característicos ábside y torre |
Quiere la tradición remontar la
fundación de este lugar al conde Fernán González, en fecha de 929. Así reza una
inscripción que se halla en el arco de entrada del patio del monasterio y la
carta de dotación del conde, y eso dice una escritura-ejecutoria de San Quirce
del 1780.
Vista del lado norte. El husillo determina la altura de la primitiva torre románica |
Según el origen legendario, en
este lugar dio Fernán González su primera batalla y su primera victoria sobre
los moros, el 16 de junio de 904, aunque la biografía del conde obligaría a
retrasarlo algunas décadas. En memoria del acontecimiento, dio vida a la
iglesia y abadía, poniendo como titulares a San Quirico y Julita, su madre,
cuya festividad se celebra precisamente en esa fecha.
Se tiene una referencia del abad
de este monasterio en 970.Posteriormente, en 1054, se constata una visita por
parte del rey. En 1068 es agregado a la sede de Oca y posteriormente a la de Burgos.
Esta adhesión era obligada para los monasterios que, como san Quirce, no
quedaban bajo ninguna regla. En 1147 el obispo de Burgos consagra la iglesia,
probablemente coincidiendo con el inicio de los trabajos del templo que ahora
vemos, y transforma el monasterio en colegiata, atendida por un número muy
reducido de canónigos, viviendo cada uno en su casa particular.
Dos imágenes de la torre con remate barroco |
Cada canónigo poseía su propio
ganado y explotaba a título particular las fincas del monasterio, pudiendo
además disponer de fincas propias. Adicionalmente la colegiata cobraba el
tercio de los diezmos de las localidades que quedaban bajo su jurisdicción, entre
las que se incluían Hontoria, Tornadijo, Los Ausines, Tañabueyes, Torrelara,
Quintanalara, Cubillo del César, Quintanilla de las Viñas, Mambrillas de Lara y
Lara de los Infantes, entre otras. El abad también recibía una parte importante
de los ingresos. En todo caso de éstos había que descontar los gastos de
fábrica de la iglesia así como para otros fondos como cargas tributarias, apoyo
a necesitados etc.
La vida religiosa se limitaba a
la celebración de las correspondientes misas, generalmente cantadas. Se
celebraba fiesta anual el 16 de junio, san Quirico, la cual tuvo lugar ininterrumpidamente
incluso hasta 1920, bastantes décadas después de la exclaustración, a la que acudían muchos vecinos de los pueblos
del entorno. El abad, dignidad de la iglesia Catedral de Burgos, fijaba allí su
residencia, lo que derivaba en un relajamiento de la disciplina del lugar y
llevaba a no pocos conflictos entre éste y los canónigos residentes.
No dispongo de datos de la
historia “central” de este monasterio, pero sí de su declive. La colegiata fue suprimida en 1850, cuando
sólo quedaba un canónigo en San Quirce. Éste entregó la iglesia con ropas,
alhajas, libros y demás enseres al cura de Santa Eulalia de Los Ausines. Las
reliquias de la cabeza de San Quirico y el brazo de Santa Julita fueron
trasladadas a la catedral de Burgos. La lápida que cubría las mismas sigue en
San Quirce. Ante su abandono como parroquial y su mal estado, a principios del
siglo XX sus seis altares se trasladaron a pueblos cercanos. Tres de ellos se
encuentran en la iglesia de Cubillo del Campo y otro en Hontoria de la Cantera.
El coro del siglo XVII se halla en la iglesia de San Cosme y San Damián.
A partir de este momento la
iglesia pasó a ser parroquial, siendo atendida desde alguno de los pueblos de
alrededor, e incluso con cura propio, durante sólo algunas décadas; pues en
1868 sería agregada definitivamente a Cubillo del Campo. En esta última iglesia
se encuentra parte de la documentación de la parroquia de San Quirce.
Algunos de los canecillos del ábside |
Pasando a la parte arquitectónica
y artística, el templo de San Miguel Arcángel
de San Quirce (único resto del antiguo monasterio) es uno de los elementos más
singulares de nuestro románico. Consta de una única aunque espaciosa nave, que
parece hacerse construido en dos fases, correspondiendo la primera de ellas al
ábside. Sobre la parte central se levanta una torre con remate barroco a base
balaustrada y gárgolas, que le dan un toque personal al templo. Esta torre
probablemente sea sustituta de una primera fábrica románica.
Portada norte y torre |
Además de la torre y de la propia
calidad constructiva, el elemento arquitectónico más llamativo es sin duda la
peculiar cúpula exterior del ábside. Se
trata de un cuarto de esfera cubierto por losetas de piedras escalonadas, y que
en fotos antiguas aparecía parcialmente cubierto por un tejadillo. Este
original aspecto da al edificio cierto aire oriental.
El abundante repertorio de la portada norte. |
Escultóricamente destaca la gran
abundancia y variedad de relieves repartidos por todo el templo y en variable
estado de conservación, aunque en general no muy bueno. Los más interesantes se
concentran en las dos portadas y en los arcos del interior. Llaman la atención
no tanto por su calidad como por su originalidad.
Los arcángeles y algunas representaciones simbólicas. Nótense las inscripciones como SAMSON FORTISIMVS. |
La portada norte, ahora sellada,
daba entrada al claustro. Debajo del tejaroz se hallan las figuras de los doce
apóstoles, teniendo todos al lado escrito su nombre (las inscripciones al lado
de los relieves son otra de las peculiaridades de este templo). Debajo aparece el
pantócrator con los evangelistas. Acompañan escenas de la vida de la Virgen y
otras más alegóricas.
Escenas de la vida de la virgen |
Cristo majestad con el tetramorfos. |
Parte del apostolado |
El pórtico principal del oeste es uno de los mejores ejemplares de su clase que se conservan en Castilla; no tanto en su abocinada portada con decoraciones geométricas, como en los canecillos y metopas que se encuentran bajo su tejaroz, un auténtico muestrario de escenas de los padres primitivos y de la historia de Caín y Abel que incluso ha sido objeto de estudios específicos.
Portada oeste |
El ángel que expulsa a Adán y Eva, otra lucha, Adán y Eva con el fruto prohibido, Caín y Abel, Abel pastor, Cordero que ofrece Abel. |
En el vacío interior son muy interesantes los relieves del crucero, referidos a pasajes del antiguo testamento. También aparecen otras escenas figuradas en otros puntos, de elaborada y compleja interpretación.
Dos imágenes del interior de la iglesia |
Capitel del pecado original |
Abel cuidando de su rebaño. Como en muchos otros capiteles, en el cimacio se lee una inscripción explicativa. |
Cristo majestad y leones afrontados. |
Tres capiteles: Caín y Abel haciendo sus ofrendas, encestado muy trabajado y mujer mordida por serpientes. |
Los mismos capiteles desde otro ángulo. Caín mata a su hermano, mientras en primer plano un león a punto de devorar a un hombre. |
Personaje humano y mono sujetado por el cuello. |
Es importante reseñar que la
iglesia y sus edificios anexos formaban parte de lo que se denomina “coto
redondo”. Durante la desamortización el mayor interés radicaba en el potencial
agrario y forestal de la finca, que fue subastada en 1844. En 1870 el coto pasó
a Francisco Bajo, importante propietario de Burgos por compra al conde de
Altamira. Por herencias se transfirió a distintos miembros de la familia, hasta
que en 1982 fue vendida a la familia Antolín, en cuya propiedad permanece
actualmente.
Cabe decir que el coto original
tenía una extensión de 662 hectáreas (la gran mayoría de encinar), pero que por
compras de terrenos aledaños ha llegado a superar el millar, siendo la novena
finca en extensión de toda la provincia. Las visitas al lugar, acotadas
exclusivamente a la iglesia, están bastante restringidas y sólo se pueden
realizar mediante cita previa.
Imagen de la finca de San Quirce. |
Muchas Gracias por las fotos. Yo intente verla.....y tuve menos suerte...
ResponderEliminarImpresionante, y diría que bastante desconocido en la provincia. Muchas gracias por el reportaje Montacedo.
ResponderEliminarAntes de pasar a Antolín, la finca perteneció durante al menos 20 años a la familia conocida como los Gavilanes, dos de ellos militares muy ligados a Franco (uno de ellos José Gavilán fue el que firmó el enterramiento de Franco en El Valle de los Caídos.
ResponderEliminarEl otro se llamaba Marcelino Gavilán e hizo una parte de su carrera militar en África. Tenían una hermana soltera y en la zona se les conocía como los señoritos, que solo acudían a la finca normalmente en el mes de agosto.
La finca la guardaba y gobernaba Custodio, natural de Cubillo del Campo y además de las tierras de labranza disponían de una ganadería de vacuno y un rebaño grande de ovejas y cabras.
Yo visité muchas veces la finca, ya que durante casi un año un hermano mío se encargó de cuidar de las vacas y lo acompañaba cuando no tenía escuela (yo apenas contaba con diez años entonces).
En Los Ausines tenían muchas posesiones y una casa preciosa de piedra junto a la iglesia de San Juan, que se hundió debido al abandono y a que no la habitaba nadie.
Muchas gracias por esta interesante información.
ResponderEliminarMe gustaría saber cómo puedo visitarlo.
ResponderEliminarGracias.
Es una pena que un monumento de asa categoría cultural,esté tan restringido a ser visitado.
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