A muy corta distancia de
Villarcayo, en un paraje de gran belleza oculto de miradas indiscretas se
encuentra la finca privada de Abadía de Rueda. El caminante o viajero que
bordee sus dominios apenas podrá ver una cuidada entrada y vislumbrar desde la
distancia, si acaso, sus jardines y los muros de un cuidado palacete.
Así como es poca la información que podemos tener del
aspecto y detalles actuales, también son escasas las referencias documentales
que tenemos de esta antigua abadía. Se trataba de uno de los dominios de
carácter religioso pero de propiedad seglar que se crearon en la Castilla
primitiva. Pese a que con los siglos se trató de hacer desaparecer estas
entidades tan peculiares, son varias las que subsistieron durante bastante tiempo, refugiadas en su carácter localista y en el poder de los
terratenientes.
Bajo el dominio de los Rueda, su influencia territorial
parece que se extendía a los pueblos cercanos, varios de los cuales siguen
llevando el apellido de Rueda: Villacanes, La Quintana, Villacomparada… Según
parece su ruina empezó con el periodo desamortizador. En los años 30 del pasado
siglo se documentó la existencia de un palacio del siglo XVII en condiciones
precarias utilizado para labores agrícolas y ganaderas y un templo arruinado
que mostraba algunos restos del periodo románico. Una foto publicada en 1958 en
el Boletín de la Institución Fernán González mostraba la decadencia del lugar.
Afortunadamente a finales de los setenta el lugar
experimentó una profunda restauración a cargo de sus propietarios, de los que
no he averiguado más datos. En la entrada se menciona que se encuentran
afiliados a la “Asociación de Propietarios de Casas Históricas y Singulares”.
Para más información podéis consultar el detallado artículo publicado en el blog 7 Merindades.
SI OS INTERESA LA ABADÍA DE RUEDA OS OFREZCO QUE VENGAIS A CONSULTAR EL ARCHIVO HISTÓRICO DE VILLARCAYO, PLAZA MAYOR, 17. ABRIMOS L-V DE 10-14 Y S 10-14 Y 17-20. LAS SIGNATURAS SERÍAN DEL SUBFONDO DE LA MERINDAD CASTILLA LA VIEJA: SIG. 3186, 3142, 2301 Y SUBFONDO DEL CORIGGIMINETO, SIGN. 952
ResponderEliminarGracias por la información.
ResponderEliminarNo sé si se puede visitar esta casa?, tengo entendido q los propietarios de las casas históricas están obligados a que se puedan visitar en ciertas fechas
ResponderEliminarQue yo sepa no, y lo dudo mucho. Me parece que esto sólo es aplicable a los considerados como Bien de Interés Cultural, y además los propietarios tienen muchas formas de escaparse de dicha obligación. También hay que entender que en muchos casos es una molestia y un gasto crear un sistema de visitas.
ResponderEliminarEsta abadía era una leyenda cuando yo era niña. Estaba en ruinas,y mucha gente se llevó piedras, rejas y todo lo que pudieron. Yo la vi de cerca una vez. Estaba sucia de humo de hogueras, porque solían acampar aquí algunas gentes. Lo único bonito que quedaba, era una escalera, realmente señorial.
ResponderEliminarLa compró un matrimonio que vivía en Neguri. Veraneaban en Villarcayo, en el que era entonces el Hostal Margarita, hoy Plati.
El era alemán, ella se llamaba Begoña. Tenían cinco hijos,y les gustaba mucho la zona. Debían tener mucho dinero, pero no hacían ostentación, Iban a bañarse al rio, como todo el mundo.
Para restaurar la abadía, consultaron archivos para dejarla lo más parecido a su estado original. Y publicaron que comprarían piedras y otros elementos a todos los que quisieran venderlas, acreditando que procedían de la abadía.
Ya me hubiera gustado que me invitaran a verla, pero nunca fue realidad.
Por lo que se, ha muerto hace poco el padre, y en la esquela pone que además de los cinco hijos, todos casados, tienen catorce nietos.
Así, que ya pueden llenar aquella finca.