Ruta clásica por la tierra de
pinares burgalesa en la búsqueda de sus conocidas necrópolis y algunos otros
elementos de interés.
Dificultad: Media (se debe fundamentalmente a la distancia a recorrer)
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Regular
Belleza: Normal
Tiempo y distancia: 5
horas y cuarto (19
kilómetros )
El punto de partida de la ruta se
sitúa en la ermita del Comunero de Revenga. Para llegar a este punto desde
Burgos tomaremos la carretera de Soria saliendo de la misma en el desvío de
Salas de los Infantes. Desde ahí recorremos la veintena larga de kilómentros
que nos separan de Quintanar de la Sierra.
Siguiendo la carretera sin entrar en la localidad llegamos en
unos minutos a la ermita del comunero de Revenga, que se sitúa a la izquierda.
Dejamos el coche en alguna de las amplias zonas de aparcamiento.
Puntos de interés
Ermita y casa de Revenga. Casa de
la Madera. Campas.
Yacimientos altomedievales de Revenga, La Cerca , Cueva Andrés y Cuyacabras. Pinares y
bosques mixtos, Peña del Vaso, Pezguera.
Descripción de la ruta
En la amplia explanada de la
ermita de Revenga encontramos el edificio religioso, la casa de juntas y, al
otro lado de la misma, la llamada “casa de la Madera ”. Un edificio de arquitectura singular en
donde podemos informarnos de los valores patrimoniales de la zona. No es
momento ahora de entrar en profundidad a comentar los mismos así que nos
ponemos en camino por la pista asfaltada que se encamina hacia el bosque.
Muy pronto, ayudados por la
señalización, encontramos a nuestra izquierda el afloramiento rocoso en donde
se levanta la primera necrópolis que encontramos en la jornada, la de Revenga.
Un panel explicativo antes de llegar a la misma nos permite sacar mejor partido
a la visita. Vemos los elementos comunes a este tipo de yacimientos: la
ocupación de la mayor parte de la superficie plana de la roca, la orientación
E-O de los enterramientos y las formas de bañera o antropomorfas de los mismos.
En otro artículo describimos algo más en profundidad estos enclaves
arqueológicos.
Tras la visita retomamos la
pista, pero al cabo de unos minutos llegamos a un poste indicativo que nos
indica que “la Cerca ”
se sitúa a un kilómetro. Seguimos dicha indicación atravesando un prado, al
otro lado del cual nace un camino algo difuso que asciende suavemente por la
ladera. En este primer tramo vemos que en muchas zonas los robles llegan a
competir con éxito con el omnipresente pinar.
Tras unos minutos llegamos a una
zona algo más llana. Hacia nuestra izquierda vemos un nuevo panel indicativo.
Vamos hacia el mismo siguiendo más hacia la izquierda, pero antes nos fijamos
en un nuevo camino que hacia la derecha sigue en paralelo a una alambrada.
Siguiendo las indicaciones
llegamos a la base del yacimiento, junto a unas grandes peñas. La
interpretación del mismo es bastante confusa pero digamos que la necrópolis e
iglesia se sitúan en la parte baja de la misma, llegaremos a los mismos
avanzando en paralelo a la base de las rocas, mientras que en la parte superior
se situaba el castro-poblado parcialmente amurallado. Desde aquí tenemos dos
opciones: La primera es recuperar el camino hasta la alambrada que indicaba
anteriormente, pero es probable que sin retroceder y siguiendo en dirección
noreste lleguemos al mirador natural que se mencionará más adelante.
Yo en todo caso llegué hasta el
borde de la alambrada. Se sigue la misma unos metros hasta que el camino
principal gira hacia la derecha y la alambrada de la izquierda finaliza.
Ayudados por las marcas de pintura azul seguimos por la misma dirección por un
bosquete de robles hasta llegar a una nueva alambrada. La misma tiene una
portilla, pero no cruzamos la misma sino que la bordeamos hacia la izquierda y
ascendemos de manera un poco más pronunciada por un sendero que acaba llegando
a un mirador natural con buenas vistas de la zona de pinares, en la zona del
pueblo de Canicosa de la Sierra.
Desde el mirador natural se gira
hacia la derecha llegando a un punto en el que se observan las cumbres de Neila
y el pueblo de Quintanar de la Sierra. Un
cortafuegos (que ignoramos) desciende bruscamente hacia la izquierda. Entramos así un tramo
algo confuso pero afortunadamente corto. De frente tenemos una pequeña arista
en el terreno. Aún sin sendero definido ascendemos por la misma con cierta
tendencia hacia nuestra derecha. Llegaremos así enseguida junto a una nueva
alambrada que se sitúa a nuestra derecha y un senderito que sigue nuestra
dirección.
A partir de aquí el senderito y
la arista son nuestra referencia, de modo que no descenderemos por ninguna de
las laderas que se abren a ambos lados. Se suceden los pinos y los robles hasta
que nos aproximamos a la cota 1300. En este punto encontramos unas pequeñas
rocas mientras que el sendero desciende un poco hacia la izquierda y desemboca
casi inmediatamente en una ancha pista que viene por nuestra derecha.
Casi al lado encontramos una
pista ancha pero bastante maltratada que asciende a la derecha. Es el comienzo
del camino de ida y vuelta que nos llevará hasta el enclave de la Peña del Vaso. Empezamos a
ascender con calma por el mismo teniendo en cuenta que nos esperan unos 300 metros de desnivel
en alrededor de 3
kilómetros .
El avance se hace un tanto
monótono, entre pinos y robles de porte relativamente bajo. Pasado kilómetro y
medio, aproximadamente en la cota 1400, termina la pista pero identificamos sin
demasiados problemas la continuación del sendero, señalizado con marcas de
pintura amarilla y blanca. Pronto llegamos a una zona más abierta desde la que
podemos observar a nuestra izquierda la ondulada ladera sur de los picos de
Neila y el valle alto del río Arlanza, con Quintanar de la Sierra en primer plano.
A partir de aquí la pendiente se
endurece pero sin llegar a ser extremada. Zigzagueamos entre los pinos hasta
que por fin nos encontramos con unas rocas de formas redondeadas que nos indican
que estamos llegando a nuestro objetivo. Siguiendo la señalización bordeamos la
roca por la izquierda y encontramos un fácil paso que asciende entre la misma.
La original peña del vaso se encuentra apenas a unos pasos a la izquierda, pero
también merece la pena ascender por la roca de la derecha, desde la que tiene
una gran vista de los paisajes comentados, así como del extensísimo pinar. Es
un buen punto para tomar un merecido descanso.
Afrontamos el cómodo descenso
prestando atención a las señales, pues no es demasiado difícil desorientarse en
el tramo anterior a la pista. Siguiendo esta recomendación acabaremos llegando
a la pista principal desde la que iniciamos el ascenso, y la seguimos hacia la
derecha en un suave descenso. Es momento de fijarnos en el pinar que nos
envuelve, que ahora protagoniza de forma clara el paisaje. Pasado un kilómetro
identificamos la señal que nos indica que Cueva Andrés se encuentra a nuestra
derecha.
Para llegar al lugar hemos de
afrontar un corto pero fuente descenso de unos 500 metros que nos llega
a las cercanías de río Torralba, mientras que otro arroyo desciende por nuestra
izquierda (dependiendo de la época). Cueva Andrés es una oquedad formada entre
varias rocas en lo que lo más llamativo es un arco de tipo mozárabe tallado en
la roca arenisca. Tras ver el lugar hemos de afrontar el duro tramo de ascenso
de regreso para recuperar de nuevo el cómodo camino principal.
Siguiendo el mismo llegamos a un
punto en donde se gira de forma evidente hacia la izquierda para poco después
superar el río Torralba, la principal corriente de agua de la ruta de hoy. Poco
después llegamos a un cruce en las cercanías de unas tenadas. Vemos hacia
nuestra izquierda la indicación de la necrópolis de Cuyacabras. Siguiendo estas
marcas llegamos muy pronto a la que probablemente es la necrópolis más conocida
de la zona, que se encuentra en un precioso entorno rodeados de robles y pinos.
Para continuar seguimos el
sendero que nos ha traído hasta la necrópolis, en sentido suroeste; no está muy
definido pero es relativamente fácil de seguir. Ente pinos y más pinos acabamos
llegando a un camino algo más definido que gira un poco más hacia el oeste.
Siguiendo el mismo en un suave ascenso acabamos llegando a una zona de cabañas
y naves industriales. Junto a las mismas vemos la pista asfaltada, transversal
a nuestro camino, por donde sigue el recorrido de hoy. Enlazamos con la misma
girando hacia la izquierda.
El caminar por la pista asfaltada
es un tanto monótono, pero es la forma más rápida y cómoda para ir terminando
una ruta que ya se empieza a hacer algo larga. Sin grandes desniveles acabamos
llegando de nuevo a las proximidades del río Torralba. No obstante, antes de
llegar al puente se nos ofrece la posibilidad de desviarse hacia la derecha
para observar una pezguera restaurada. Siguiendo las señales de color rojo
vamos girando un poco hacia la izquierda para llegar con prontitud a la
pezguera, a la que acompaña un panel explicativo.
Para continuar seguimos sin
cambiar de dirección de modo que tan sólo unos metros tras la pezguera vemos un
camino perpendicular bastante desdibujado. Lo tomamos hacia la izquierda
siguiendo siempre las marcas de pintura roja. Cuando ya intuimos la cercanía de
la carretera las marcas nos aconsejan desviarnos hacia la derecha. Siguiendo
las mismas pronto llegamos a unas instalaciones de deportes de aventura
aprovechando el bosque. Bordeamos a las mismas hasta llegar al borde del rio
Torralba. Andando un poco junto al mismo acabamos localizando un pequeño puente
que nos permite pasar al otro lado del mismo, muy cerca de la ermita de
Revenga. Concluye así el recorrido de hoy.
Comentarios
El tiempo está calculado para unas visitas
rápidas a los yacimientos, con lo que si los alargamos deberemos tenerlo en
cuenta. Si madrugamos, el entorno de la ermita de Revenga es un entorno muy
adecuado para disfrutar de la comida del final de la ruta.
Los yacimientos de Cuyacabras y Cueva Andrés serán comentados con un poco más de profundidad en mi próximo artículo.
Guarda este artículo como pdf e imprímelo cuando quieras
Track del recorrido (pulsa en el círculo verde para más información)
Vídeo con imágenes del recorrido:
5 comentarios:
en 1983 hice esta ruta por primera vez. tengo fotos en blanco y negro de las tumbas y de todo aquello.
recuerdo que iba con un Lada y que se me fastidió y en Quintanar de la Sierra, en un pequeño taller mecánico de tractores, me lo arreglaron.
salut
así que sí que tienes recuerdos de Burgos... y vaya recuerdos, de la España profunda, je,je.
De España profunda nada, lo que sucede es que pienso que está mal promocionada.
Yo, con aquello de las tumbas antropomorfas, hubiera hecho una promoción bárbara. Y hubiera aprovechado para la gastronomía.
Y recuerdo que estuvimos en un camping municipal, en el nacimiento del Arlanzón, que era una pasada, pero estaba mal gestionado (carecía de muchas cosas).
Castilla es verdaderamente bella...hay que saber venderla.
Un abrazo y salut desde Barcelona. Ya ves que te sigo
Miquel
Hombre, cuando digo España profunda me refiero más bien a cómo era el mundo rural hace 30 años.
Gracias por la entrada esta muy bien documentada.Nosotros estamos en el camping municipal y ka verdad es que muy bien....
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